No ir al parque de atracciones porque «tenemos uno en casa» es posible. Este tipo acaba de comprarse su propia montaña rusa

Los amantes de los parques de atracciones están de enhorabuena, porque entre las muchas formas de disfrutar el hobby, una de ellas es aparentemente comprar atracciones a domicilio. Es una pequeña aventura que ha emprendido el youtuber Edwin Olding, un manitas con más de 200.000 suscriptores que en su último vídeo se ha propuesto hacer de su jardín el hogar para su propia montaña rusa.
¿Pero cómo ha sido el proceso de diseñarla? ¿y construirla? ¿Habrá necesitado un equipo de ingenieros con él? La respuesta a todo eso es no. En su vídeo Olding explica como contactó con una empresa china que las fabrica a necesidad del consumidor y se la envió a una dirección acordada. Igual que el que pide un frigorífico, la atracción simplemente llegó a su casa en un camión. Salvo que necesitó un tractor con carreta elevadora para recogerlo, claro.


De primeras parecía demasiado bueno para ser verdad. El youtuber recibió en el cargamento la atracción en forma de piezas ensamblables. El aspecto de algunas de esas piezas no era el mejor, con el hierro un poco mellado y la desconfianza de que no estuvieran todas las piezas necesarias para hacer la atracción.
Aquí es donde entra también la parte manitas de la ecuación. Las únicas instrucciones que le mandaron eran dos vídeo tutoriales de apenas 20 segundos cada uno, y Olding tuvo que hacer reformas extra para que fuera más segura, como asegurar las bases al suelo con madera para que estuviese más sujeta. El resultado es una montaña rusa de un circuito circular relativamente sencillo, que funciona con un mecanismo de pedaleo auxiliar para levantar el carro por la cinta, y luego desciende únicamente con la gravedad.
La sorpresa es que todo funcionó como debía, o al menos tan bien como se podía esperar para una atracción barata comprada a domicilio. La montaña rusa pasó la prueba tras organizar una tarde con amigos, y descubrieron que incluso funcionaba con adultos a pesar de que en las instrucciones ponían el límite de peso en 50 kilos. Desde luego es una inversión que ha tenido que pensarse bien. Si bien el precio de la atracción en sí fueron 2.750 dólares, las tarifas prácticamente salían por el doble de eso, dejando el experimento en un total de 7.179 dólares.
Imágenes: Edwin Olding
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