Netflix cambia su discurso sobre los estrenos en cine ante la amenaza de Paramount en la adquisición de Warner. «No la compramos para destruir su valor»
Todos los suscriptores de Netflix recibimos ayer, por sorpresa, un mail en el que el streaming nos anunciaba a bombo y platillo que había comprado Warner y que, de momento, no pasaba nada. Solo querían sacar pecho un poco y empezar a hacer valer los 82.700 millones de dólares que se han gastado en la adquisición. Sin embargo, puede que les salga el tiro por la culata: la decisión de Donald Trump es aún un misterio y Paramount, que ha hecho una OPA hostil de 108.400 millones, ha intentado bloquearlo todo (de momento, sin éxito). ¿El resultado? No hay quien saque nada en claro.
Warning, Warner
Todos los implicados, a estas alturas, saben que gran parte del resultado final al que se enfrentan de manera inexorable depende de la opinión pública, de las redes sociales, de los posicionamientos dentro de la propia industria: es más fácil decretar una opinión popular que una impopular, y tanto Netflix como Paramount juegan a caerle bien al gran público, con declaraciones a favor del cine estrenado en salas, dado que saben que es el mayor escollo de esta adquisición y lo que se va a mirar con lupa. No se está juzgando una fusión, sino un modelo de negocio.
Ayer mismo, después de saberse que Paramount ha ofrecido más dinero y afirmado que estrenaría 30 películas al año junto a Warner, Ted Sarandos trató de calmar el fuego ayer en Wall Street, tal y como leemos en Deadline: «En esta transacción hemos cogido tres negocios en los que no estamos, así que actualmente no hay redundancias. Uno de ellos es un estudio de cine que distribuye a las salas. Estamos profundamente comprometidos a estrenar a esas películas exactamente de la forma en la que lo harían hoy«. Sí, claro. Pero.
Sarandos insistió en que «hemos hablado mucho en el pasado sobre querer meternos en el negocio de las salas de cine, porque nunca hemos estado ahí. Cuando este acuerdo se cierre, estaremos en él. Y vamos a hacerlo«. Claro está, el problema no son los estrenos en salas: películas de Netflix como ‘Jay Kelly’ o ‘Puñales por la espalda: De entre los muertos’ también lo han hecho. El problema es la duración de la ventana antes de saltar al streaming, porque, como ya han dicho desde Paramount, esa es la clave: dar solo dos semanas en unos pocos cines a una película antes de llegar a Netflix es lo mismo que no hacer nada.
Por supuesto, Sarandos ha querido aclarar que ellos opinan igual que Paramount: «Si hubiéramos firmado este acuerdo hace 24 meses, todas las películas que este año lo han hecho tan bien en Warner Bros se habrían lanzado de la misma manera en cines. Hablo de ‘Minecraft’, de ‘Superman’, de ‘Weapons’ o de ‘Los Pecadores’«. Al fin y al cabo, según asegura, «es realmente importante la manera en que crean, y en que dan valor. No compramos esta empresa para destruir ese valor». Notad que sigue sin hablar de la ventana de distribución, aguando su discurso, que hace unos días hablaba de «evolucionar» y ahora de continuismo.
De momento, los expertos aseguran que el acuerdo tiene toda la pinta de llegar a terminarse, y Sarandos afirma que contaba con la OPA hostil de Paramount, pero no la teme: «Tenemos un trato hecho, y estamos increíblemente contentos con él. Es bueno para los accionistas, bueno para los clientes. Creemos que es una manera genial de crear y proteger trabajos en la industria del entretenimiento. Estamos super convencidos de que pasaremos la línea de meta. Estamos preparados«. Diga lo que diga Sarandos, de momento las espadas siguen en todo lo alto, y no tiene pinta de que el dilema se vaya a solucionar pronto. La comedia romántica más emocionante del año se encamina hacia su punto de giro: ¿Con quién se quedará Warner en este triángulo amoroso… o a quién le obligarán a quedarse?
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