Lula: las democracias no combaten el crimen violando leyes internacionales
En un contexto de creciente preocupación por las recientes maniobras militares de Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, alzó su voz este domingo durante la IV Cumbre CELAC-UE para denunciar el resurgimiento de amenazas a la soberanía regional y el uso de la fuerza como herramienta de intervención.
Desde la ciudad colombiana de Santa Marta, Lula alertó sobre la fragilidad del proyecto de integración latinoamericano y el retorno de prácticas que evocan los peores momentos del intervencionismo en la región. «La amenaza del uso de la fuerza militar ha vuelto a formar parte de la cotidianidad de América Latina y el Caribe», advirtió, señalando que se están reciclando «viejas maniobras» para justificar acciones ilegales que violan el derecho internacional.
El mandatario brasileño se sumó así al creciente coro de voces en América Latina y el Caribe que rechazan las operaciones unilaterales de Washington, las cuales han sido denunciadas por diversos gobiernos como una flagrante violación de las normas internacionales y una amenaza directa a la estabilidad de una región declarada Zona de Paz.
Lula fue enfático al afirmar que «las democracias no combaten el crimen violando el derecho internacional», y subrayó que la seguridad no puede ser excusa para imponer agendas externas ni para erosionar la soberanía de los Estados. «No hay solución mágica para acabar con la criminalidad, y ningún país puede enfrentar este desafío aislado», añadió, haciendo un llamado a la cooperación regional, el intercambio de información y las acciones conjuntas como única vía legítima para enfrentar al crimen organizado.
Crisis de integración y vacío de liderazgo
En su intervención, Lula también hizo una autocrítica al estado actual de la integración regional, lamentando que América Latina y el Caribe se encuentren «balcanizados y divididos», más orientados hacia intereses externos que hacia la construcción de consensos propios. Denunció que los proyectos personales de poder y las disputas ideológicas han debilitado la democracia y vaciado de contenido las cumbres regionales, muchas veces marcadas por la ausencia de los principales jefes de Estado.
«Somos una región de paz y queremos permanecer en paz», concluyó Lula, reafirmando el compromiso de Brasil con la defensa del multilateralismo, la soberanía y la integración regional frente a las amenazas externas.
