La tibieza no es revolucionaria
Algo tibio no está ni frío ni caliente, si nos limitamos exclusivamente a la temperatura, algunos pueden decir que es agradable pues no se va a ningún extremo. Sin embargo, cuando el término tibieza se aplica al ámbito militante, político, cobra otro significado.
Uno de los grandes desafíos en nuestro tránsito militante es fijar posición frente a los hechos y asumir las consecuencias de ello, pues en el sistema capitalista nos invitan a cuidarnos mucho del “qué dirán” a procurar llevarte bien con “Dios y con el Diablo” y si tu palabra cuestiona al poder y al sistema imperante, peor aún, nos enseñaron a nosotras que “calladitas nos vemos más bonitas”. Mientras que la Revolución nos invita al debate de las ideas, a contrastar opiniones para construir la visión colectiva de la realidad y con ello procurar un avance más certero hacia el Socialismo, en medio de todo ello las “tibiezas” jamás serán bienvenidas pues son el preludio de la traición o una manifestación del oportunismo.
En los libros que narran la Revolución encabezada por Jesucristo y para quienes son lectores de la Biblia pueden ubicar que desde aquellos tiempos la tibieza es mal vista, en Apocalipsis 3:16 dice “por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” y acá en nuestro país es común llamar “cabeza caliente” a quien milita en ideas revolucionarias y alza su voz contra el sistema opresor. Una persona fría es aquella que no milita, que manifiesta desinterés hacia una ideología en particular y va por la vida movida por intereses distintos a la militancia política; del otro lado nos encontramos quienes hemos decidido estudiar, divulgar, defender y luchar por la construcción de otro mundo posible. Quienes somos “calientes” debemos estar siempre vigilantes, prestar atención para no enfriarnos y evitar caer en tibiezas.
Más cercano a nuestros tiempos en el año 1959 el Comandante Fidel exclamó: “cuando la cosa se ponga dura, los que tengan frío ¡se marcharán! ¡y quedarán nada más que los buenos! … Los tibios, los que les gusta que otros lo hagan por ellos, los que les gusta ir a la retaguardia, ¡esos se marcharan también! ¡Quedarán solo los buenos!”. Un tibio es cobarde, temeroso y dista mucho del coraje y valentía que caracteriza a un revolucionario, a una revolucionaria.
El imperialismo trabaja a fuego lento, buscando desideologizar y con ello despolitizar a la población y posteriormente desmovilizar, apartando así a las grandes mayorías de las luchas políticas y con ello colando a los “tibios” que una vez en el poder se manifiestan como personajes de derecha a plenitud. Por ello en cada movilización va la ratificación de nuestra postura, la defensa de nuestra Revolución y del presidente Nicolás Maduro.
¡Venceremos!
¡Palabra de Mujer!
