La necropsia tiene errores de forma, dice especialista sobre caso de niña venezolana muerta en Chile

«Es el estudio histopatológico lo que determinaría lo que ellos han manejado como indeterminado, porque la muerte indeterminada no existe, lo que pasó es que no encontraron especificidad en la causa de la muerte», declaró vía telefónica el médico cirujano y especialista en medicina legal Horacio Valero Cervantes
por El Cooperante
Los días pasan, y las autoridades chilenas no avanzan en la investigación para determinar los responsables en las muertes de al menos cuatro niños venezolanos en medio de intervenciones médicas, durante los últimos meses. El Cooperante ha seguido muy de cerca el caso de Giovanna Morales Álvarez de cuatro años, quien pereció en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Talca, ubicado en la Región del Maule. El médico cirujano y especialista en medicina legal Horacio Valero Cervantes, oriundo de México y con más de 25 años de experiencia, aseguró que la necropsia de la niña venezolana tiene «errores de forma» que buscan ocultar lo que le ocurrió cuando dejó de respirar, mientras era intervenida.
El siguiente reporte es parte de una serie especial de El Cooperante, sobre las denuncias de varias familias venezolanas tras la muerte de sus hijos menores de edad en Chile. Todos tienen un factor común: la presunta negligencia médica por parte de centros clínicas en ese país que, alberga 728 mil 586 venezolanos, lo que representa 38 % de la población extranjera y ubica a esta comunidad como la más numerosa del país, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística -INE- para mayo del año en curso.
Hace un año, los padres de Giovanna Bellatriz Morales Álvarez decidieron practicarle una cirugía ambulatoria para ser operada de las amígdalas y adenoides. Corría el 25 de julio de 2024, cuando la trasladaron hasta la Clínica FUSAT de Rancagua para una primera intervención. Todo salió aparentemente bien. Días después comenzó con ataxia (pérdida de coordinación), por lo que fue hospitalizada. En la búsqueda de un diagnóstico le fue practicada una punción lumbar con sedación, un scanner también con sedación y varios exámenes más, todos con resultados normales. Aunque no había un diagnóstico concluyente, los médicos sospechaban de una posible infección postoperatoria o un tumor, algo que querían descartar o confirmar mediante una resonancia magnética.
El 13 de agosto, fue trasladada en ambulancia desde el Hospital de Curicó al Hospital de Talca para realizarle ese examen bajo sedación, pero nunca despertó. La madre de la niña, que se encontraba fuera del área de procedimiento, observó movimientos de urgencia entre el personal médico. Poco después, le informaron que su hija no había reaccionado adecuadamente a la anestesia y que había sido necesario inducir un coma.
En contacto telefónico con este portal, Valero Cervantes, quien tiene un postgrado en antropología forense -Universidad de Colombia- y un postgrado en investigación criminal -Policía General de Santander, Colombia-; explicó que la necropsia de Giovanna tiene errores más de fondo que de forma, y dos elementos que llamaron su atención.
Precisó que todas las biopsias que tomaron fueron las «normales» que, comprenden tejido de nervio óptico, estudio de sangre para confronta de biología molecular, estudio toxicológico, pero destacó que «el error más grande que esa necropsia tiene es que debieron tomar una muestra del tejido cerebral y cerebelo para estudio histopatológico».
«Es el estudio histopatológico lo que determinaría lo que ellos han manejado como indeterminado», sentenció, «porque la muerte indeterminada no existe, lo que pasó es que no encontraron especificidad en la causa de la muerte».
En este punto, enfatizó que es muy difícil poder determinar la causa de la muerte real si no tomaron las biopsias necesarias. Lo segundo, siguió, es que varios de los tejidos a nivel cerebral tienen una cosa que se denomina puntillo hemorrágico de tipo petequial.
«Esos datos son datos claramente de una asfixia, pese a que esa asfixia, nadie la menciona, pero tampoco tomaron tejido tanto cerebral donde lo encontraron como a nivel pulmonar. Y con toda seguridad debió de haber estado en tejido pericárdico. Esos son los criterios que yo tomaría en consideración para la necropsia. Y por último, encontraron un derrame pleural no tan importante, pero en una menor de cuatro años, líquido cetrino a razón de doscientos mililitros de uno de sus lados pulmonares, estamos hablando de un edema pulmonar que sí es importante», subrayó.
En palabras del especialista mexicano, lo que más le extraña es que el equipo médico no haya podido determinar la causa de la muerte cuando la causa de la muerte es muy clara, pero «faltó mucha investigación».
Valero Cervantes expuso que la necropsia debe tener cuatro elementos principales: lo primero es la identificación humana, que ya la tenían; el intervalo post mortem, que es el tiempo de fallecido del cuerpo desde que se hace la necropsia y el fallecimiento, se llama intervalo post mortem o cronotanatodiagnóstico, que en este caso, no es importante. Lo tercero es la causa de la muerte y la más importante es el mecanismo productor de la muerte, que no lo establecieron.
Partiendo de ello, cuestionó que en el hospital quisieron darle mucho peso al resultado de biología molecular a través del estudio de genética que hicieron de los cariotipos, y comentó «si bien es cierto que encontraron dos factores de histocompatibilidad, esto tampoco determina la causa de la muerte. Han querido cubrir el problema de la causa de la muerte atribuyéndoselo a un problema mitocondrial. Sin embargo, pues eso fue solamente lo que nosotros llamamos como un hallazgo incidental, o sea, que tomaron una muestra genética y arrojaron esos resultados, pero no tenían la intención de encontrar específicamente eso».
En entrevista previa con El Cooperante -12 de agosto- el padre de Giovanna, Geomar Morales rechazó la causa de muerte que ofreció el Hospital de Talca, porque después de la resonancia, «donde se produjo el daño cerebral irreversible a mi hija, lo primero que nos dijeron fue lo que “salió” en la resonancia que se trataba de un problema genético. Esa afirmación nos confundió, nos desvió del foco real y, de alguna forma, nos aisló».
Por eso, decidieron demandar y hoy la causa está en investigación. Todos los profesionales que participaron en esa resonancia están formalmente imputados, reveló.
«La investigación sigue abierta. Tras el comunicado del Ministerio de Salud, el Servicio Médico Legal, encargado de hacerle la autopsia aún no entrega un informe definitivo. Solo edema cerebral agudo de origen a determinar. Nosotros seguimos aportando antecedentes para demostrar que no hay base científica para culpar a un gen incierto. Desde el mismo día de la resonancia nos dijeron que la muerte de mi hija se debía a un problema genético, algo que no puede ser cierto, porque eso no se detecta en un examen de imagen», sentenció en base a lo que le han explicado otros médicos.
En este sentido, Horacio Valero Cervantes remarcó que es muy vago tratar atribuir la causa de la muerte a un problema genético sin haber descartado previamente todas las otras causas que originaron la taxia cerebral.
«Una de las causas que pueden originar una taxia es la farmacológica, dentro de los fármacos está el propofol y la anestesia como tal, ambos pueden causar una taxia cerebral. Al ver los tiempos, ya teníamos la taxia cerebral cuando utilizaron el propofol. Y los medicamentos anestésicos de los que hablo son los de la amigdalectomía que hicieron que, se eliminan vía renal, vía hepática y a través de evacuaciones, las inspiraciones, la sudoración durante el transcurso de los días. Por eso es que Giovanna empezó a tener sintomatología después de varios días», refirió.
«Sin embargo, sin temor a equivocarme, por la poca información que tiene el expediente, la niña debió de haber caído en desaturación de su respiración e incluso en un paro respiratorio al momento de la resonancia. Ocasionando un edema cerebral y asfixia. Ellos lógicamente, determinaron que había una muerte cerebral, sí, claro, pero porque a Giovanna la dejaron sin respirar», reiteró.
Según sus estimaciones de lo que ocurrió ese día, mientras los padres de Giovanna, esperaban que terminara la operación, los médicos trataron de poner la oximetría, pero no sabían si estaba funcionando o no, por lo que cayó en paro. No se dieron cuenta al momento de hacer la resonancia.
«Al sacarla estaba en estado de gravedad importante por falta de oxigenación cerebral, esto da como consecuencia edema cerebral y asfixia, que es lo que encontraron en la necropsia médico legal».
«Hay una falla de diagnóstico, una retraso en el diagnóstico, un probable paro respiratorio en el momento de la resonancia magnética y un sinnúmero de incumplimiento de protocolos y normas que no se cumplieron en el manejo adecuado de la paciente en el momento de cada una de las intervenciones que se dieron. Es complejo. Este caso particularmente es complejo», apuntó.

Investigación sobre un «gen materno» y al menos otros 4 casos más
El pasado 18 de julio, el Ministerio de Salud de Chile (Minsal) y el Instituto de Salud Pública (ISP) informaron que investigan cinco casos ocurridos entre 2021 y julio de 2025, «en los que niños venezolanos sin antecedentes médicos previsibles fallecieron o quedaron con graves secuelas neurológicas tras someterse a cirugías bajo anestesia general».
Cuatro de estos menores murieron luego de procedimientos en los que se utilizó sevoflurano, un agente anestésico común, mientras que el quinto quedó con secuelas neurológicas graves, reportó CNN Chile. Un día antes, el 17 de julio, la Sociedad de Anestesiología de Chile informó a las sociedades médicas de ese país sobre una situación que fue reportada en algunos hospitales.
El comunicado publicado el 11 de agosto y que reposa en la página web de la Sociedad de Anestesiología de Chile, indica que tras recibir las denuncias, llevó a cabo una reunión del Directorio integrado por miembros especializados en anestesia pediátrica, el Comité de Anestesia Pediátrico de SACH, anestesiólogos en representación de los centros hospitalarios involucrados y anestesiólogos senior de reconocida trayectoria en el área en ese país.
«Todos los pacientes fueron sometidos a técnicas anestésicas ampliamente validadas y ocupadas en la población pediátrica, utilizando fármacos como Sevoflurano, Propofol y Fentanilo. Según lo informado por los anestesiólogos tratantes, no se identificó en ninguno de los casos mencionados, complicaciones agudas dentro de pabellón como hipoxia, hipertermia maligna, anafilaxia, ni errores en la administración de medicamentos, ejecutando los protocolos previamente establecidos. Es preciso mencionar, como antecedente de la causa, que todos los niños involucrados son de nacionalidad venezolana. Tras estas coincidencias, SACH convocó a una reunión de urgencia como se mencionó previamente, instancia donde analizó detalladamente el perfil de los pacientes, el tipo de intervención, el manejo anestésico y el desenlace clínico», precisó.
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