¿La navidad de quién? Santa Claus invictus

Quise adentrarme un poco en las peripecias históricas de la navidad detallando algunos aspectos esenciales de su evolución, y particularidades que te dejan reflexionando. Esto me llevó a preguntarme ¿Quién carrizo decidió que el 25 de diciembre nació Jesús?
Buscando, encuentras que la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre fue una decisión que tomó el Papa Julio I quien, alrededor del año 350, decidió que la Navidad se celebrara en esa fecha. La idea era coincidir y sobreponerse a la festividad pagana del “natalis Solis invicti” (nacimiento del Sol invicto), una celebración pagana y romana muy popular y parte de los festejos saturnianos.
Antes de la consolidación del cristianismo, las culturas antiguas celebraban una gran variedad de festividades ligadas a los ciclos agrícolas, los fenómenos naturales y sus deidades. Estas celebraciones a menudo coincidían con los solsticios y equinoccios, momentos clave en el calendario agrícola. Se honraba a los antepasados y se realizaban rituales para conectar con el mundo espiritual. Se rendía culto al sol, la luna, la tierra y otros elementos naturales, celebrando sus ciclos y agradeciendo sus beneficios.
La Iglesia en su guerra contra los paganos (todos los que no eran cristianos) tratando de eliminar cualquier vestigio de religiones y cultos anteriores, establece la Navidad en esa fecha, apropiándose de una celebración ya arraigada en el pueblo y estableciendo así una fecha fija para conmemorar el nacimiento de Jesús.
Tiempo antes, durante la época de los romanos, la Saturnalia se celebraba con grandes comidas, todos se intercambiaban regalos y se eliminaban las diferencias. En esta época y cultura, el 25 de diciembre se celebraba el nacimiento de Mitra. Religión mistérica e iniciática, adoptada por los romanos aparentemente de forma extendida en el año 62 a. C., y compitió con el cristianismo hasta el siglo IV.
Antes del siglo IX, el panorama festivo era muy distinto al que conocemos hoy. La Navidad, tal como la celebramos actualmente, con su fecha fijada el 25 de diciembre y las tradiciones asociadas, son un producto de siglos de evolución y sincretismo cultural.
Pero más allá de las ritualidades históricas es como si el tiempo diese la razón a esas fuerzas naturales primigenias, los ciclos de cosecha, las estaciones, lo pagano como relación espiritual individual con la naturaleza y la vida. Hoy Santa Claus es un semidios pagano portador de una paradoja, en el los adultos no creen, pero se lo hacen creer a los niños y derrochan una inmensa ritualidad para reafirmar esta ilusión.
La Navidad, tal como la conocemos hoy, es un complejo sincretismo de tradiciones, ritos, símbolos culturales y comerciales.
El árbol de Navidad, hoy en día un elemento central de la decoración navideña, tiene orígenes paganos. Y la tradición del árbol adornado tiene orígenes pre-cristianos en diversas culturas europeas. Se asociaba con la naturaleza, la fertilidad y la celebración del solsticio de invierno. Los árboles siempre verdes representaban la vida eterna y se adornaban con frutas, velas y otros objetos como símbolo de fertilidad y buena suerte. Esta tradición del árbol de navidad adornado se consolidó en el siglo XIX.
El pesebre, por ejemplo, hasta hace poco ingrediente esencial y principal de la fiesta cristiana, comenzó cuando San Francisco realizó una representación viva para celebrar la navidad en 1223. Imagínate, antes del 1223 no existía el concepto de “pesebre”.
Los villancicos surgen en Italia en el siglo XIII, lo que significa que antes no había canciones de navidad. Hoy el universo acústico de la navidad está monopolizado por canciones del siglo IX y XX.
El mito de San Nicolás, Papá Noel, Babbo Natale , Santa Klaus o como queramos llamarlo se basa fundamentalmente en la figura de San Nicolás de Bari (que fue obispo de Mira, en la actual Turquía, en el siglo IV), se le celebraba el 6 de diciembre.
Ahora el San Nicolás sincrético y actual tiene profundas raíces e hibridaciones provenientes de las antiguas creencias y representaciones paganas, relacionadas con la fertilidad, la abundancia y el renacimiento. Esta conexión con la naturaleza y sus cíclicos es una característica común en muchas deidades antiguas. existiendo paralelismos con el dios Odín, que por cierto monta un caballo blanco de ocho patas, con el que vuela por el cielo.
Originalmente la figura de San Nicolás fue reverenciada solamente en el oriente europeo, y sólo a partir del siglo XIII se convirtió en una festividad reconocida el día de su santo.
Sucesivamente el mito de San Nicolás evolucionó en el Santa Claus estadounidense. La ciudad norteamericana de Nueva Ámsterdam, colonia holandesa en la costa de los actuales Estados Unidos en el siglo XVII. En ella se celebraba la fiesta de “Sinterklaas”, cuyo nombre fue adaptado al inglés como “Santa Claus” adoptando su apariencia actual gracias inicialmente a ilustraciones y poemas y luego a la publicidad y las películas. Los renos y el trineo aparecieron el siglo pasado, y también el saco mágico, así como la costumbre de colocar los regalos debajo del árbol.
Hoy si bien Santa Claus no es una figura religiosa, la Iglesia la tolera resignadamente como parte de la cultura de consumo navideña en expansión. Olvidándose así que Papá Noel fue ahorcado en las rejas de la catedral de Dijon y quemado públicamente en el atrio, el 24 de diciembre de 1951. Era visto como un diablo pagano.
Lo que pasa también es que Santa Claus ha adquirido atributos divinos a lo largo de los siglos, como la capacidad de volar, de entregar regalos a todos los niños del mundo en una sola noche y de conocer los deseos de cada uno.
Al igual que los semidioses en muchas mitologías, Santa Claus cumple una función social importante. Representa valores como la generosidad, la bondad y la esperanza, y sirve como un modelo a seguir para los niños y que los adultos simulan.
La figura de Santa Claus ha evolucionado y se ha adaptado a diferentes culturas y épocas, incorporando elementos nuevos y transformando su imagen. Esto es similar a cómo los mitos y leyendas evolucionan a lo largo del tiempo. Hoy es un repartidor de esperanzas y regalos.
Representa una mezcla de lo sagrado y lo profano, de lo histórico y lo imaginario, de lo racional e irracional.
En resumen, Santa Claus puede ser visto como un semidiós cultural, una figura pagana que ha sobrevivido y evolucionado a partir de raíces mitológicas y sagradas, adquiriendo un significado y una potencia simbólica y social tal que actualmente fagocita cualquier culto, o tradición preexistente. Un ejemplo es el pesebre el cual es cada vez es menos representado, perdiendo el lugar central que tenía en el festejo navideño.
No nos damos cuenta, las cosas aparentemente fijas, en este caso las tradiciones, creemos que han existido “siempre”, pero no es así, nuestra visión y experiencia temporal es muy reducida.
Si vamos desde Mesopotamia hasta el presente veremos que lo que ha habido es una superposición y/o contaminación de espacios, de momentos sagrados y religiones instituidas, unas en ascenso y otras en decadencia, las cuales han ido sucediéndose en distintas épocas y lugares, aprovechando más o menos las mismas fechas y periodos, mutando para sobrevivir en las mentes de cada época. Creer que las navidades siempre han sido así da una cierta estabilidad, no lo discuto, pero hasta hace aproximadamente el siglo 18 no existía la navidad como la conocemos hoy.
Actualmente la navidad se presenta como mega momento de consumo y derroche, y subterráneamente como un rito simbólico de pasaje, de fin y de inicio, donde se dan dones, se festeja con comida, todos somos hermanos y se venera a un semidiós bonachón vestido de rey y se realizan todo tipo de rituales paganos, esa es actualmente lo que se expresa por todas partes.
La navidad ya no es una celebración religiosa dominada por la cosmovisión cristiana.
Es un fenómeno de hibridación, sincretismo, y mutación en el tiempo. Fenómeno icónico, polimorfo, que representa un semidiós cultural que se está tragando todo con su sonrisa bonachona.
¿Que veremos en el futuro? La hibridación entre oriente y occidente, cada día los polos de desarrollo están más en oriente y esto genera una influencia simbólica y cultural que se cristalizará en una futura navidad tal vez con el rey mono repartiendo regalos.
Y como estamos entre la realidad y la irrealidad entonces aprovechemos y pidamos a este semidios bonachón que el próximo año sea menos riguroso, que interceda por nosotros ante el árbol de la vida pidiendo sabiduría y salud. Eso bastaría.