23 octubre, 2025

La mariposa que volvió a volar gracias a un trasplante de «ala»

La mariposa que volvió a volar gracias a un trasplante de "ala"

En Sweetbriar Nature Center, un centro de rehabilitación de vida silvestre, ubicado en Smithtown, en Long Island, Nueva York, Estados Unidos, una mariposa monarca, con un ala rota e incapaz de volar, recuperó vuelo gracias a un trasplante de ala.

Una cirugía sencilla que parece una locura, pero es real, logró que este insecto, pudiera volar. Empatía o respeto por la vida, lo importante es que es realy aquí te contamos todos los detalles.

La protagonista llegó al Sweetbriar Nature Center con una de sus alas deformadas. Había caído de su crisálida antes de endurecerse por completo, lo que la dejó sin posibilidad de vuelo ni supervivencia.

Ese polvo blanco que se ve en su ala, es la huella de la cirugía

Cualquiera habría pensado que no había nada que hacer, pero aquí viene lo interesante, Janine Bendicksen, directora del centro, con más de veinte años de experiencia, decidió intentar lo imposible: reconstruirle el ala.

Buscó una mariposa fallecida cuyas alas estuvieran intactas, que sería su donante. Con una precisión casi quirúrgica, enfrió a la mariposa viva durante unos minutos para mantenerla inmóvil. Para proceder con la «cirugía» con pinzas finas, recortó la parte dañada y colocó el fragmento nuevo, alineando las venas y sellando la unión con un poco de pegamento y almidón. Cada milímetro importaba: si el equilibrio no era perfecto, el vuelo nunca ocurriría.

Y se logró. La mariposa abrió sus alas, y alzó el vuelo. Bendicksen aún lo recuerda con emoción: «No sabía si funcionaría, pero cuando la vi volar, supe que valía la pena cada esfuerzo».

Una pequeña cirugia le devolvió l aposibilidad de volar y hacer su ruta migratoria esta monarca

La historia se hizo viral. Miles de personas se conmovieron al ver cómo un gesto tan pequeño podía cambiar un destino. Más allá de la ternura, dejó un mensaje poderoso: toda vida merece otra oportunidad, por diminuta que sea.

Las mariposas monarca son viajeras únicas. Cada año en estas fechas (otoño en el norte), recorren miles de kilómetros desde Canadá hasta los bosques de Michoacán, en México. Ninguna completa el viaje entero; lo hacen por generaciones, guiadas por el sol y la memoria de la Tierra. Esa mariposa reparada ahora forma parte de ese legado, volando junto a sus pares rumbo al sur, cumpliendo un destino que parecía imposible.

El equipo del centro recuerda que no se trata solo de rescatar animales, sino de aprender a mirar distinto la vida. «Arreglar un ala no te hace rico», dicen, «pero te hace consciente de lo frágil y extraordinaria que es la naturaleza».

Se puede apreciar la cirugía en este video

Si algún día encuentras una mariposa herida, hay formas seguras de ayudar: mantenerla en un sitio tranquilo, ofrecerle néctar o agua con azúcar, y contactar un centro de rehabilitación cercano. A veces no se puede reparar un ala, pero sí acompañar la vida mientras dure.

Como dijo Christopher, creador del proyecto Live Monarch, «cuando ayudas a una mariposa a volar, ayudas a la naturaleza a seguir su curso… y te haces parte de su vuelo».

Esa pequeña mariposa de Nueva York sigue su camino. No sabrá nunca lo mucho que inspiró.

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