La importancia de la dinámica presidencial

Somos por tradición y por normas jurídicas un país excesivamente presidencialista, producto de una variedad de factores de diversa naturaleza que él representa en la organización del Estado venezolano. Ello plantea, por consiguiente, ser un funcionario con una personalidad de consenso, ante la diversidad de factores y tendencias presentes en el campo donde le toca administrar y conducir. Con su ejecutoría será un modelo visible en la organización pública que administrará y en la sociedad que lo ha designado para esa compleja función que requiere tanto talento de conductor.
Ojalá entienda que el Gobierno es una organización muy diversa y heterogénea, en la que deberá tener una mentalidad de equipo humano al que se le exige unos resultados coherentes en la variedad de espacios de intereses diversos que necesitan un orden, una conducción.
El equipo de trabajo alrededor debe ser informado de manera veraz y oportuna, y establecer una fluida relación con los 24 gobernadores de estado y más de 300 alcaldes de municipios que también aportan su esfera de competencia en la satisfacción de las necesidades colectivas.
El Presidente de la República ha de trazar los planes sectoriales junto al equipo de especialistas que dispone en los ministerios y órganos autónomos de diferente naturaleza y sectores. Debe consultar periódicamente a esos equipos y tener en cuenta los diagnósticos propuestos que le puedan formular. No acostumbra el Presidente de la República rendirse con esos equipos, sino que llega hasta los ministros. Es la visión de esos funcionarios con lo que puede actuar más firme y activado en el abanico de soluciones que demandan los sectores de la sociedad compleja. Por supuesto, no puede ser un presidente atornillado en la capital. Debe realizar frecuentes giras de trabajo y palpar in situ los problemas y necesidades con la visión de los sectores y las comunidades. El Presidente es de toda la república no de Caracas solamente. Las giras de trabajo son un instrumento valioso en la toma de decisiones del culto ejecutivo. Son versiones en vivo que no les trasmiten los ministros desde sus escritorios de la capital. De ahí la dinámica enriquecedora de las frecuentes giras del Presidente con sus equipos de trabajo y los análisis los que se convierten en insustituibles y oportunos. La Presidencia es mucho más que Miraflores. Es una esfera compleja que gira todos los días de manera incesante