La ciencia revela qué ocurre en el cerebro durante las experiencias cercanas a la muerte

Cuando el cuerpo entra en estado crítico, se libera una tormenta de neurotransmisores que explicaría las visiones, la sensación de paz y hasta los túneles de luz que relatan quienes atravesaron ese tipo de episodios
por INFOBAE
Cuando una persona se aproxima al borde entre la vida y la muerte, el cuerpo experimenta una serie de cambios complejos. El corazón detiene su actividad normal, la sangre deja de circular de forma habitual y el cerebro se enfrenta a condiciones extremas. Estas circunstancias, lejos de significar un simple apagón, desencadenan un fenómeno conocido como experiencias cercanas a la muerte (ECM), donde la mente produce imágenes intensas, emociones profundas y una sensación de trascendencia que fascina tanto a científicos como a quienes atravesaron estos episodios.
De acuerdo con información publicada en Muy Interesante, un equipo liderado por la neurocientífica Charlotte Martial en la Universidad de Lieja propuso un modelo integral para explicar lo que sucede en el cerebro durante estos momentos.
El artículo, basado en un estudio difundido por Nature Reviews Neurology, señala que los investigadores consolidaron décadas de trabajos en neurobiología, psicología y farmacología para construir el modelo llamado NEPTUNE. Según los científicos, este modelo permite comprender de manera más coherente los mecanismos que se activan cuando el organismo entra en estado crítico, como después de un paro cardiaco.
Según los hallazgos, cuando el flujo sanguíneo disminuye y el oxígeno escasea, el cerebro inicia una fase de hiperactividad muy intensa, aunque breve. Esta situación genera un desequilibrio metabólico que provoca una liberación masiva de neurotransmisores.
Según los autores, sustancias como serotonina, dopamina, glutamato, noradrenalina, GABA, acetilcolina y endorfinas inundan el cerebro. Al mismo tiempo activan circuitos que producen una amplia variedad de sensaciones. Este proceso, de acuerdo con la investigación, resulta fundamental para entender por qué personas en estado crítico describen visiones de túneles de luz, encuentros con seres fallecidos o una sensación de absoluta paz y claridad.
Según el estudio, la serotonina aumenta en situaciones de hipoxia severa y, al interactuar con determinados receptores, puede provocar visiones comparables a las asociadas a algunas sustancias psicodélicas, como la psilocibina y el DMT. Esta relación permitiría explicar manifestaciones como los famosos túneles de luz, las percepciones de paisajes extraordinarios o los encuentros con entidades. Según el grupo dirigido por Martial, esta activación biomolecular se integra en una reacción organizada que depende de diversos factores personales y fisiológicos.

Además, de acuerdo con la información de la publicación, las endorfinas y el GABA contribuyen a generar sensaciones de calma, reducen el dolor y minimizan el miedo. Por otra parte, la dopamina intensifica el sentido emocional del episodio. Asimismo aportan una percepción de realidad innegable a lo que se experimenta. Otros neurotransmisores, como la acetilcolina y la noradrenalina, intervienen en la formación de recuerdos. Esta circunstancia permite a quienes pasaron por una ECM recordar cada escena con un nivel de detalle inusual, incluso si permanecieron clínicamente inconscientes durante el evento.
El modelo NEPTUNE, propuesto por Charlotte Martial y su equipo, sostiene que esta respuesta cerebral no surge de manera aleatoria. Según los investigadores, podría tratarse de una estrategia evolutiva de supervivencia, similar a la tanatosis observada en el reino animal.
En situaciones extremas, cuando ni la huida ni la lucha resultan viables, el cerebro activa un estado disociativo. Este mecanismo desconecta al individuo del sufrimiento físico y la percepción del entorno, pero mantiene cierta conciencia interna. De acuerdo con el artículo de Muy Interesante, esta reacción cerebral permitiría al ser humano soportar condiciones límite y, en algunos casos, sobrevivir si la situación médica se revierte.
El modelo también sugiere que no todas las ECM son positivas. Aunque la mayoría de testimonios recogen experiencias de paz y amor, existen episodios marcados por angustia, miedo e imágenes oscuras. Según la publicación, el estado emocional anterior, las creencias personales y las condiciones fisiológicas de cada paciente influyen en la calidad de la experiencia. Los científicos reconocen que todavía resulta necesario redactar estudios más profundos sobre los casos negativos.

En opinión del equipo de la Universidad de Lieja, el enfoque científico no pretende descartar los relatos subjetivos, sino analizarlos desde la perspectiva biológica. La investigación no plantea una división entre cuerpo y alma, ni propone la existencia de un más allá físico. Por el contrario, intenta demostrar cómo el cerebro humano, ante el colapso, fabrica experiencias trascendentes, organizadas y sensoriales que muchos describen como más reales que la propia vida.
El interés por comprender las ECM no solo abarca el campo científico, sino que también influye en el debate sobre el límite entre la vida y la muerte. De acuerdo con la información analizada, el modelo NEPTUNE proporciona una base coherente para explorar la conciencia humana en estados extremos y plantea nuevos interrogantes sobre la
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