«La chica del alquiler»: una apuesta segura

Cualquiera podría jurar que “La chica del alquiler” arrastrará al público a las salas de cine y, cuidado, logrará un nuevo hito en la industria fílmica nacional. La suposición no es para nada descabellada al sólo echar un vistazo a su elenco protagónico: Daniela Alvarado, Patricia Schwarzgruber y Luis Olavarrieta. Hoy, estas tres figuras mediáticas, se reparten la torta del negocio publicitario en redes sociales y sabrán llegarle a la gente para que vaya a verlos.
A esto se suma que la historia es ligera, que cada uno de ellos borda su personaje con tino y que al ser una comedia romántica la gente saldrá de la sala de cine feliz. En la aventura Carlos Caridad no fue quien juntó a los tres protagonistas, pero sí quien los dirigió. El realizador venezolano es recordado por “3 bellezas”, estrenada en 2014, detrás de la silla del director cumple al entregar una película redonda.
La tarea de convencer a Alvarado, Schwarzgruber y Olavarrieta fue obra de su cuarto protagonista: Agustín Segnini, quien además fungió como productor. El grupo se cierra con la participación de Augusto Nitti y María Antonieta Duque cuyas caracterizaciones aportan comedia al drama romántico.
Viejos enrollados
La historia de “La chica del alquiler” es bastante sencilla y predecible. Tanto así que constantemente recuerda a otras tantas películas del género. Un hombre que es plantado en pleno altar debe lidiar con el duelo que supone quedarse vestido y alborotado. Solitario y deprimido partirá a su luna de miel, ya pagada, sumido en la tristeza. Asiste con la única intención de encontrar alguna respuesta a la situación que lo embarga o confiado en que se topará con la que sería su esposa.
A su llegada es recibido por la encargada de rentar el lugar vacacional. Junto a ella este hombre se irá descubriendo empujado por el sentimiento de pérdida y la culpa. La dinámica le permitirá, además, reflexionar sobre su realidad hasta que la mujer con la que iba a casarse se aparezca acompañada por el mejor amigo de este.
Desde allí, todo tomará un rumbo enrevesado que acabará dando a cada uno el espacio que realmente merece. Y si bien la historia y las actuaciones son entretenidas, lo que no cuadra es ver a gente tan madura en dramas sentimentales tan infantiles. Sobre todo porque después que uno logra la seguridad e independencia que aportan las experiencias románticas tempranas se fortalece emocionalmente. Entonces, ver a un tipo maduro con tanta lloradera se hace intragable.
Afortunadamente, la película se fortalece con las actuaciones de sus protagonistas. En este sentido, ni Daniela, ni Patricia, ni Luis defraudan. Por el contrario, dan una oportunidad incluso a sus fans de verlos en su salsa, de gozarse su viaje. Y ya por allí hay ganancia. Aunque, hay que decirlo, a los tres se la ponen fácil pues les asignan personajes que cuadran con muchos de los que ya han hecho antes.
“La chica del alquiler” viene impulsada también por una maquinaria de emprendedores que son fieles al trío. Con publicidad como esta si no logran hacer historia en taquilla quién lo hará.