11 octubre, 2025
De San Remo a Caracas

Las nuevas modalidades del sabotaje eléctrico. La luz se corta a las 12 de la noche. Sin aire o sin ventilador, más calor, más zancudos; y llega a las 7 u 8 de la mañana. Eso ha ocurrido varios días, al menos en Carabobo. Otra, la cortan a las 2PM y llega a las 5 PM, las horas más terribles de un calor que vuelve loco a cualquiera. Tres, la luz baja hasta casi desaparecer, para regresar de inmediato; o se apaga por completo y luego se prende. Y todos sabemos cuáles son las consecuencias de esas subidas y bajadas de voltios. En el caso de este miércoles, el gobierno denunció sabotaje en varias partes del país, pero en Carabobo llevamos dos semanas viviéndolo. No sé si esto formará parte del mismo plan, porque todavía no estamos en campaña electoral. Incluso, creo que es necesario averiguar quién de la oposición está metido en este plan.

Y como si no tuviéramos suficientes problemas con el enemigo, el gobierno da cuenta del desmantelamiento de parte de una banda que se dedicaba a extorsionar, amenazar, vejar, maltratar y sacar a la fuerza a las personas a quienes la Gran Misión Vivienda Venezuela les asigna casa o apartamento. Parte de esa banda, que ya está presa, está compuesta en su totalidad por mujeres, quienes han demostrado ser malvadas y sanguinarias, porque les importaba tres pitos si eran madres solteras con niños, o si era algún anciano. Simplemente les quitaban la vivienda, con el más ruin y bajo de los fines: vender la vivienda a quien la pudiera comprar por entre 5 mil y 8 mil dólares.

Hace meses, Nicolás pidió a la Asamblea Nacional que se incluya en el Código Penal Venezolano la cadena perpetua como castigo. Pero como en otras oportunidades que se han hecho propuestas, nadie les ha hecho caso. Ese parece ser el destino de ésta también.

Me he preguntado más de una vez por qué los chinos son tan drásticos en la aplicación de la justicia. Pero al mismo tiempo, yo mismo me respondo que, si no fuera así, en las cárceles asiáticas habría millones de delincuentes a quienes les darían condenas menores, y muy probablemente eso hubiera colapsado el sistema judicial de ese país.

Nuestro pensamiento europeizante nos formó para tener un derecho que en esencia no es más que una industria como otra cualquiera, donde proliferan los abogados que no hacen más que lucrarse. Y está claro que en Venezuela necesitamos de mucha aplicación de justicia.

Ver fuente