Jóvenes son el blanco de los retos virales de internet

Hace unos días, los venezolanos se conmocionaron por la noticia de un estudiante de 13 años que hirió a tres personas en un liceo en el estado Táchira, como parte de un reto viral promovido en redes sociales. En el incidente resultaron lesionadas tres personas: un maestro, una trabajadora del cafetín y otra estudiante.
De acuerdo con los reportes, el objetivo era quitarle la vida a la primera mujer que se encontrara en su recorrido, según instrucciones recibidas desde México. El hecho obliga a pensar acerca de los peligros de la internet, de las redes sociales y de los llamados retos virales.
Este, aunque no es el único suceso en el que adolescentes en el país están inmersos en desafíos en línea que terminan en lesiones de otros compañeros, sí se trata del primer caso en el que se involucra el uso de armas blancas.
Al respecto, la psicóloga clínica Matilde Aguilar afirma que este tipo de hechos no son habituales en el país y pueden estar relacionados con un proceso de transculturización. “Ese tipo de conductas no nos pertenecen. Si existen jóvenes sociópatas, pero no son comunes estos casos en las escuelas, pues no tenemos esa cultura”, indicó.
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Otros casos en el país
En 2024 se reportó la muerte de tres adolescentes y la intoxicación de alrededor de 200 menores en escuelas de distintos estados del país por participar en desafíos que implicaban la ingesta o inhalación de sustancias químicas.
Ante esto, el Tribunal Supremo de Justicia multó a TikTok con 10 millones de dólares por negligencia, el dinero se destinaría a un fondo para las víctimas. Las autoridades gubernamentales también lanzaron campañas de concienciación en las escuelas para prevenir que los jóvenes participen en estos retos.
El ministro de Educación, Héctor Rodríguez, invitó a la sociedad a reflexionar sobre el uso de los celulares y las redes sociales en las instituciones educativas. En otros países, el problema también ha sido debatido ampliamente. Dinamarca, por ejemplo, propuso en fecha reciente, elevar a 15 años la edad mínima para poder acceder a redes digitales, mientras que Australia y el Reino Unido buscan prohibir el acceso a menores de 16 años, retrasar la edad mínima de registro y limitar uso en escuelas.
Jóvenes son el blanco
Aguilar destacó que los adolescentes tienden a realizar este tipo de conductas, pues en ocasiones buscan aprobación, en otros casos son blanco fácil de estas propuestas por su falta de madurez.
“La inmadurez biológica del joven no le permite discernir las consecuencias de los riesgos que está asumiendo”, destacó.
En ese orden, entran aquellos adolescentes con un nivel deficiente de aceptación de sí mismos, “porque el uso de los juegos es una búsqueda de gratificaciones inmediatas”, dijo.
Si bien es cierto, que todos los jóvenes pueden estar expuestos a este tipo de retos, generalmente hay unos que son más propensos a participar en estas experiencias, tales como aquellos con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno Oposicionista Desafiante.
Adicción a la internet
Otra de las causas que puede predisponer a los muchachos a asumir retos virales, es la adicción a la red. La experta refiere que un adicto a los juegos o contenidos en línea puede detectarse por determinadas variaciones físicas y de la personalidad.
“Se identifican los cambios o alteraciones emocionales que pudiera estar presentando la persona, puede estar más aislado, triste, irritable, irascible o más agresivo”, agregó. Asimismo, refiere que se pueden identificar hábitos alimenticios, de sueño y de higiene.
Ante esto, la principal recomendación es observar qué tipo de conductas experimentan los jóvenes y solicitar ayuda de profesionales.
En ese sentido, indicó que se debe trabajar a nivel cognitivo y conductual para lograr que el joven o adolescente tome conciencia de lo que le está pasando y, de ese modo, pueda lograr cambios específicos que contribuyan a su curación.
También se debe conversar con el adolescente acerca de lo que le sucede y qué lo incita a buscar refugio en internet o redes sociales. Es necesario que el joven pueda ocuparse en tareas alternativas que le permitan interactuar con otras personas de su misma edad, para que pueda mejorar sus habilidades sociales.
“La adicción se inicia por un vacío que es llenado con recompensas inmediatas. Es por eso que se deben establecer límites”, recalcó Aguilar. La experta detalla que debido al problema de adicción, debe restringirse el uso de la web de manera gradual.
“No se trata de quitarle el internet o la tablet, no, tiene que ser algo dosificado. Por ejemplo, si una persona estaba ocho horas al día jugando en internet, ahora podrá estar solo durante dos horas, pero ese contenido debe ser supervisado”, acotó la psicóloga.
Sin embargo, aseveró que hay que tener prudencia, pues cuando hay un problema de adicción a internet, el joven puede tornarse agresivo cuando se le limita.
Estipular horarios
Para la profesional, la mejor manera de evitar que los adolescentes caigan en la realización de retos que pongan en peligro su vida, es la supervisión. En esa línea, lo ideal es estipular un horario de exposición a internet y redes sociales, con el objeto de evitar conductas perjudiciales que pongan en riesgo su integridad.
Indicó que el máximo de exposición debe ser entre una hora a dos diariamente, en el caso de los adolescentes. Si se trata de adultos, se puede incrementar, pero siempre haciendo pausas.
En el caso de aquellas personas que padecen de alguna condición que los hace más vulnerables a los juegos y retos en línea, o de aquellos que ya tienen un problema de adicción, es imprescindible acudir a profesionales de salud mental, tales como psicólogos o psiquiatras, quienes podrán ayudar a superar el problema.
Recomendaciones
- Mantenerse alerta. Es recomendable estar informado acerca de las actividades de los niños o adolescentes, sus amigos y entorno social.
- Hablar del tema. Es necesario preguntar a los adolescentes acerca de los retos conocidos en su círculo de amigos y sobre su opinión al respecto. Nunca se debe juzgar a los muchachos, sino más bien sondear qué tan grave es el problema.
- Establecer límites. Hay que ejercer el control sobre los hijos y limitar el contacto que estos tienen con ciertos jóvenes y restringir actividades en línea.
- Instar a la reflexión. Una manera de evitar que los hijos practiquen retos, es preguntarles si vale la pena asumir un riesgo que los lleve a un hospital. Se puede preguntar si conseguir muchos “me gusta” y “comentarios” en las redes sociales es tan importante para arriesgar la salud.
- Involucrarse. Es crucial siempre ser amigo de los adolescentes en las redes sociales, con el fin de poder estar informado acerca de lo que sucede en sus vidas, de lo que publican ellos o su círculo social. Debe imponerse este requisito a los muchachos para poder usar la red.