Improvisaciones icónicas, edadismo y colocones de vitamina D. Cómo ‘El lobo de Wall Street’ se convirtió en una brillante sátira sobre el sueño americano

Repasar la filmografía de Martin Scorsese —sólo leer el nombre ya sugiere por dónde van a ir los tiros— implica enumerar una colección de largometrajes en la que hasta el desliz creativo ocasional, ese que todo cineasta termina teniendo a lo largo de su carrera en mayor o menor cuantía, no puede ser etiquetado como menos que un logro digno de elogio.
No obstante, ciñéndonos únicamente a sus producciones estrenadas a partir de la década de los 2010 —y que ‘Los asesinos de la Luna’ me perdone—, si hay que encumbrar una de ellas sobre el resto, esa es ‘El lobo de Wall Street’: una de las muestras del cine más enérgico, poderoso y, por qué no decirlo, divertidísimo que nos ha dado el medio y que es objeto de estudio en la nueva entrega de ‘No es como las demás’.
Sexo, drogas y billetes de 100


En su último vídeo, el compañero Fatty Martin nos sumerge en la preproducción, el rodaje y la resaca poslanzamiento de un título que polarizó las opiniones desde que aterrizó en salas de cine, lanzando una pregunta al aire que no todo el mundo supo responder con claridad y a la primera de cambio: ¿Estamos ante una sátira sobre el capitalismo más salvaje o, por el contrario, frente a una glorificación descarada de la avaricia?
Que mucha gente haya abrazado a Jordan Belfort, su protagonista —que, para más inri, es una persona real—, como un modelo de conducta, deja claro que hay algo preocupante en el ambiente, pero no debería ensombrecer los resultados de un proyecto que fue sufriendo cambios que afectaron tanto al equipo de dirección —Ridley Scott llegó a sonar como director en 2010— hasta a un reparto en el que Margot Robbie —con 22 años por aquél entonces— terminó comiéndole la tostada a Olivia Wilde —de 28 años— en el casting para hacerse con el rol de Naomi por culpa del edadismo.
El rodaje no fue menos intenso, lo cual terminó proyectado sobre el desquiciado —en el mejor sentido posible— montaje final de la cinta. La improvisación estuvo a la orden del día, llegando a convertir escenas de lo más sencillas en secuencias muy extensas y originando un momento tan icónico como el ritual de Matthew McConaughey a base de golpes en el pecho. Hasta Jonah Hill tuvo que ser hospitalizado después de pasarse varios meses esnifando vitamina D en los momentos en los que su personaje consumía cocaína en cámara.
Desde luego, ‘El lobo de Wall Street’ da para rascar y no parar, así que si quieres sacar todo el jugo a esta joyita del bueno de Marty, no dudes en darle al play y disfrutar de este ‘No es como las demás’.
Si quieres una ración semanal de información y otras cosas relacionadas con el mundo del cine, date una vuelta por nuestra Newsletter, Espinofrenia.
En Espinof | Las mejores películas de 2025
En Espinof | Las mejores series de 2025