10 octubre, 2025
Henry Martínez: sobre todo, poeta

Cualquier consideración con respecto a Henry Martínez (1950-2025) debe partir de la siguiente afirmación: fue un poeta. Gigante en su lirismo, sencillo y, a la vez, un artesano muy original de la palabra, que se transformó en un repertorio imprescindible, a la altura del cenit que alcanzaron Luis Mariano Rivera, Adelis Freitez o Simón Díaz. Su legado, tejido con más de 200 canciones, se inscribe en lo más profundo del imaginario sonoro de Venezuela.

Nacido en Maracay, además de compositor, fue médico de profesión, poeta por vocación y músico por destino. Desde sus inicios, autodidacta con la guitarra hasta su formación formal junto a maestros como Aldemaro Romero y Luis Laguna, Martínez construyó una obra que trasciende géneros y generaciones.

“Compartiré la lluvia y el verano,/ la magia que en mi luna da en su brillo,/ te ofreceré mi sol que pinta auroras/ de amarillo”, del tema «Venme a buscar».

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Maneras de curar

Ejerció como médico familiar, pero su sensibilidad artística lo llevó a explorar con profundidad el jazz latino, la bossa nova y, sobre todo, los géneros criollos. Su participación en el grupo Venezuela 4 desde 1976 marcó el inicio de una carrera musical que se nutrió de la diversidad cultural del país. Canciones como «Oriente es otro color», «La Negra Atilia», «A tu regreso» y «Sentida canción» son testimonio de su capacidad para capturar la esencia del paisaje y la emoción venezolana. Pero si además se le agrega una de las voces más sublimes de la canta criolla, Cecilia Todd, se logra un auténtico prodigio de la música universal: el disco que ambos grabaron en el año 2000 y que establece el más hermoso diálogo imaginable entre dos maestros.

“Y es que en oriente, mi hermano, la mar tiene otro color/ Y el amarillo del sol es un poco azafranado/ El aire es menos pesado y la luna es una flor/ Que perfuma con amor a quien está enamorado/ Por eso a oriente, cuña’o, lo llevo en mi corazón”, de «Oriente es otro color».

La geografía del alma

La obra de Martínez no solo acaricia la tradición, sino que la renueva con una lírica refinada y una musicalidad que armoniza rima, ritmo y melodía. Así lo reconoce el escritor y decimista portocruzano Orángel Millán, quien lo sitúa a la altura de grandes como Armando Molero y Otilio Galíndez. “En mi opinión, es el mejor compositor de música oriental venezolana, después de que algunos grandes pioneros disminuyeron sus creaciones, entre otros: Luis Mariano, Chelías Villarroel, Pascual García, Inocente Carreño, Chelique Sarabia y Perucho Aguirre”.

El periodista y cronista musical Eduardo Parra destaca su versatilidad: “Es muy difícil encontrar, en las últimas décadas, algún compositor dedicado a los géneros venezolanos más completo que Henry Martínez”.

La cantora Daisy Gutiérrez, quien grabó su tema Quién inventó, lo recuerda como un creador generoso y profundamente humano: “Expuso siempre un magnífico y sutil concepto de la poesía, en vínculo perfecto con la canción popular. Con su fina lírica, supo imprimir frescura en los hermosos temas que dedicó a nuestra amada región oriental”.

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