28 octubre, 2025

Guerra cognitiva contra Venezuela – Últimas Noticias

¿Le creerán a Elon Musk?

El recrudecimiento de las amenazas del Gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, contra el gobierno de Nicolás Maduro, se inscribe en una estrategia de agresión multiforme que combina presiones diplomáticas, operaciones militares, campañas mediáticas y guerra cognitiva. Esta última, como ha sido denunciada por el propio presidente Maduro, busca colonizar la mente del pueblo venezolano, manipular sus emociones y sembrar desesperanza, utilizando redes sociales, algoritmos y narrativas desestabilizadoras como instrumentos de dominación.

El aparente despliegue de destructores en el Caribe, la duplicación de la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, y la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista, forman parte de una ofensiva que pretende justificar una intervención militar bajo el pretexto del combate al narcotráfico. Sin embargo, como han señalado Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello, estas acusaciones carecen de fundamento y buscan encubrir los verdaderos intereses geopolíticos de Washington: el control de los vastos recursos energéticos y minerales de Venezuela, incluyendo petróleo, gas, coltán y oro.

El Gobierno Bolivariano ha denunciado planes de atentados con explosivos, vinculados a mercenarios extranjeros y mafias transnacionales, como parte de una escalada violenta para desestabilizar el país. La respuesta ha sido el fortalecimiento de la inteligencia popular, el despliegue de 4,5 millones de milicianos y la reafirmación del compromiso con la paz y la soberanía nacional.

Frente a estas agresiones, Maduro ha profundizado políticas revolucionarias orientadas a la independencia científica, tecnológica y energética, consolidando alianzas con China, Rusia e Irán, y promoviendo la Gran Misión Ciencia e Innovación como eje de resistencia estratégica. La narrativa imperialista que busca presentar a Venezuela como un Estado fallido se enfrenta a una realidad de organización popular, conciencia crítica y voluntad de lucha. En palabras del presidente: “No somos, ni seremos, patio trasero de nadie.”

Este pulso geopolítico no es solo una disputa entre gobiernos, sino una batalla por el alma de América Latina. Venezuela, con su proyecto bolivariano, encarna una alternativa al orden neoliberal y al saqueo imperial. La guerra cognitiva intenta quebrar esa esperanza, pero la historia enseña que los pueblos que luchan por su dignidad no se rinden.

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