Grecia: dulce y paciente fue mi compañera, pero por poco tiempo

Grecia era hermosa, dulce y paciente. Siempre al terminar de comer, le ofrecía un poco de lo que yo tenía en mi plato, porque se lo dejaba, solo para que probara, ella esperaba paciente y agradecida.
Una amiga me pidió que la cuidara y no pude devolvérsela, mi amiga falleció en pandemia. Fue difícil, pero Grecia nunca sintió que fue abandonada, siempre fue querida. Días largos en casa, junto a mi, acostada a mis pies o sobre mi cama, toda una princesa.
Querer a un animalito, no tiene calificativos, es amor puro, es alegría, para mí, ha sido mi mundo. Poco tiempo el que estuvimos juntas, pero ha valido cada minuto, cada segundo. Tenerla en casa, me dio una razón de ser, de estar, de ayudar y siempre, tendrá un lugar en mi corazón.
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La historia
Ya había pasado la pandemia, Grecia tenía unos 3 años, comenzó a vomitar y de pronto noté un malestar en ella, como fiebre, aunque nunca le tomé la temperatura, estaba más caliente de lo normal. Como era miércoles, le di algo para el malestar, sin darme mucha importancia, creyendo que algo le había caído mal.
El viernes fue el día que pude llevarla al veterinario, estaba con el abdomen como hinchado, duro, algo raro pasaba, no entendía. Cuando la llevé, el doctor le hizo un examen de sangre y un ecosonograma. Ella estaba débil, el doctor me dio el diagnóstico: peritonitis ocasionada por una piómetra.
Yo no sabía que debía esterilizarla, su útero prácticamente estalló liberando un líquido purulento que la tenía débil, decaída y todo porque no la llevé inmediatamente, esperé mucho tiempo y además la mediqué con total desconocimiento.
Pese a los intentos que hizo el veterinario por operarla y salvarla, la perdí. Se fue, le pedí perdón y aún lo hago, no quería que sintiera dolor, pero ya eso lo había sentido y por mi culpa.
Mi amada Grecia, siempre te voy a amar y en cuanto esté lista, ayudaré a una perrita que lo necesite, ofreciéndole mi casa, mi amor y mis atenciones, es una promesa que le hice, cuando me despedí de ella.


¿Qué fue lo que pasó con Grecia? ¿Un líquido purulento en su útero? Te lo explicaremos:
La piometra es una infección uterina grave que afecta a hembras no esterilizadas, especialmente perras y gatas, aunque también puede ocurrir en otros animales. Se caracteriza por la acumulación de pus en el útero debido a una infección bacteriana, asociada a cambios hormonales durante el ciclo reproductivo.
¿Qué puede ocasionarla?
Factores hormonales: Los altos niveles de progesterona después del celo predisponen al útero a la infección.
Infección bacteriana: Bacterias como Escherichia coli suelen ser las responsables.
Edad: Es más común en animales mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad.
Uso de hormonas: El uso de medicamentos hormonales (como anticonceptivos) puede aumentar el riesgo.
¿Cuáles son los síntomas de la piometra?
Secreción vaginal purulenta (a veces no visible si el cuello uterino está cerrado).
- Aumento del abdomen.
- Letargo o debilidad.
- Fiebre (aunque no siempre está presente).
- Aumento de la sed y la micción (poliuria y polidipsia).
- Pérdida de apetito.
- Vómitos (en casos avanzados).
¿Cómo puede prevenirse?
- Esterilización reduce significativamente el riesgo.
- Evitar el uso de hormonas reproductivas.
La piometra es una emergencia veterinaria que puede ser mortal si no se trata a tiempo.