10 octubre, 2025
¿Le creerán a Elon Musk?

Antes que nada, la buena educación: “Lo cortés no quita lo valiente”. De manera que le agradecemos al presidente yanqui el aclarar, mediante acciones, pataletas y conceptos, dogmas y situaciones que confunden nuestra mente de campesinos.

El primero de los dogmas vaporizados por Donald Trump es el que le permitió a los anteriores mandatarios de EEUU presumir de una superioridad moral nunca comprobada, según la cual nuestros mandamases, aparte de flojos y ladrones, presentan debilidades en las entrepiernas que los llevan a montarle los cuernos –frase machista– a sus parejas, ostentando en público amantes y barraganas. Algo que, se supone, no aflige a los presidentes yanquis.

Así que basta revisar la cantidad de juicios que ha encarado Donald Trump de parte de empleadas que fueron obligadas por el jefazo a convertirse en sus juguetes sexuales. La catajarria de acuerdos extrajudiciales que los abogados del hoy presidente consiguieron para conceder favorecer a Trump, en materia de amantes, barraganas y abusos de poder, nuestros mandatarios se quedan chiquitos y hasta el episodio de Clinton con la Lewinsky es poca cosa.

Pero no todo son asuntos para el cotilleo de las revistas rosa, ¡tenemos mejores cosas que agradecerle a Donald!

Por ejemplo, la malcriadez de niño rico cuando desmanteló toda la comunidad de la seguridad gringa para llenar los cargos con focas que aplauden las mayores estupideces y mentiras presidenciales.

Una de estas focas, y me refiero a la del Departamento de Defensa, llegó al cargo después de que la motosierra de Elon Musk despidió a todos los generales con experiencia.
Y, por cierto, para quienes critican la falta de profesionalismo de algunos de nuestros ministros: el mandamás de la Seguridad y Defensa de Trump es un mayor de la milicia que, antes del cargo, dirigió una ONG que terminó quebrada y, al cerrarla, tuvo, como el jefe, acusaciones de “acoso sexual”.

Pero es en materia de irrespeto a los migrantes que más debemos agradecerle al catire: al criminalizarlos, estigmatizarlos y enviarlos sin derechos a El Salvador o Guantánamo. Trump ha puesto a casi todo el mundo en su contra y facilita que la llamada “unión latinoamericana” tenga condiciones para surgir, sobre todo porque, al empobrecer a Venezuela, los acuerdos entre nuestros países ya no tienen un presunto hegemón “lleno de petrodólares” y es más fácil cumplir con lo acordado.

Ver fuente