13 octubre, 2025
Derrotamos el fascismo - Últimas Noticias

Por paradójico que parezca el país líder de la “cristiandad” u “Occidente”, valga decir los Estados Unidos, acaba de ganar una guerra aliñada con golpe de Estado, donde los mayores ganadores han sido el islamismo radical, el menos radical pero intolerante de los turcos y el judaísmo sionista de Netanyahu.

Grupos enemigos del catolicismo.
En los prolegómenos de una nueva y más violenta guerra fría que, como la anterior, tiene el objetivo de debilitar a Rusia, las armas de los rebeldes salieron de los arsenales de la Otan, es decir, de los bolsillos de los contribuyentes yanquis, que no saben a dónde van a parar sus impuestos.

Los rebeldes calificados por la ONU y por los Estados Unidos como “terroristas”, ahora aparecen como liberadores de una corrupta dictadura que, seguramente lo era, pero que había tolerado la permanencia, no solo de los musulmanes sunitas que son la mayoría en Siria, sino también de los chiitas, los alauitas y también los católicos.

Rebeldes ahora disfrazados como “demócratas” que, sin embargo, han degollado a católicos, entre otros ciudadanos sirios que tuvieron la mala suerte de ser señalados como “enemigos del islam”.

Las intenciones de la Cancillería estadounidense son por lo menos opacas si se ven desde este punto de vista, ya que Siria balcanizada será pasto de los intereses del armamentismo yanqui, del amor por territorios ajenos de turcos y de Netanyahu, todos musulmanes o hebreos.

Con Siria destrozada gana Erdogan que podrá expandirse hacia Asia.
Gana Netanyahu que, antes de la cobarde guerra contra Gaza, estaba a punto de ser enjuiciado y, ahora, conquistando nuevo territorio en el Golán, puede aspirar a que lo dejen un rato más en el cargo.

Salen victoriosos los integristas sunitas que, en este caso, son menos abiertos que los chiitas de Irán.

Y ganan, cómo no aceptarlo, los Estados Unidos que extrañamente y según las apariencias habían informado de su plan de vuelo a los rusos de Putin.

Ojo: esta última victoria es pírrica desde los intereses del yanqui común, pero jugosa para los vendedores de armas que generalmente tienen muchas nacionalidades. Y pierde Irán, porque Rusia es posible que haya negociado su presencia, débil por cierto, en Siria, a cambio de reconocer la victoria del oso en Ucrania.

Ojalá se hayan acordado de nosotros cuando intercambiaban piezas en Siria.

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