Gasolina subsidiada:10 dólares por 40 litros

Los turbios negocios que se realizan con la gasolina subsidiada están empeñados en anotarse entre las causas para revisar este sistema de pago en las estaciones de servicio.
La razón no marcha sola, pues la eliminación del subsidio sería una de las vías para que esos mismos recursos sean destinados a una mejor y mayor capacidad y confiabilidad de Pdvsa para producir y suministrar gasolina e, incluso, hasta podrían constituirse en fondos para financiar los proyectos elegidos cada tres meses por las comunas.
El esfuerzo para producir gasolina es enorme. Haciendo grietas en el bloqueo y soslayando el régimen de sanciones impuesto por el Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, los trabajadores del Ministerio del Petróleo y Pdvsa han logrado elevar la producción de gasolina desde la caída a 64.500 barriles diarios en 2021, hasta 110.000 barriles diarios en la actualidad.
La debacle en la producción del combustible arrancó en 2015, cuando el expresidente de EEUU, Barack Obama, emitió el decreto que califica a Venezuela “una amenaza inusual y extraordinaria”, y de inmediato comenzaron las sanciones que derribaron en 77% la producción de gasolina del sistema de refinación nacional.
De 283.000 barriles diarios en 2014 la producción cayó a 64.500 mil barriles en 2021, una reducción que se manifestó en colas mayores a 12 horas en cualquiera de las 1.413 estaciones de Servicio activas del país.
La gasolina es un producto refinado del petróleo para cuya elaboración se requiere butano, nafta, Mtbe, aquilato, nafta liviana, reformado, algunos de los cuales deben ser importados porque no se producen en el país.
Además de gasolina, también se afectó el asfalto usado para impermeabilizar calles, pisos y techos; el diesel usado como combustible de calefacción; fueloil para plantas eléctricas y calderas; kerosene para la maquinaria pesada, calefacción y disolvente de pinturas; combustible Jet A1 o la llamada gasolina para aviones; aceites, grasas y lubricantes para carros y maquinarias; MGO o combustible marino.
Y es que las corrosivas sanciones impiden y obstaculizan la adquisición de componentes para formular la gasolina, el diesel, los catalizadores así como las tareas requeridas para recuperar la capacidad y confiabilidad operacional del sistema de refinación, también afectado por la práctica histórica de robo de cerebros entre las compañías para apropiarse de mano de obra calificada.
Añádase que las medidas coercitivas apuntan hacia un factor subyacente y determinante como es la reducción del flujo de divisas, que hoy se acentúa con la amenaza propinada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles de 25% a los países que compren petróleo a Venezuela.
De allí que poner el combustible a disposición de los conductores en las estaciones de servicio exige todo proceso industrial que incluye una logística y una estructura de refinación, distribución y transporte que, de paso, debe estar acoplado a la intrincada orografía venezolana.
Valga decir que la gasolina puesta por cualquier caraqueño llega a su tanque luego de transitar vía poliductos e inmensos tanqueros desde el Centro Refinador de Paraguaná y la Refinería El Palito. Tras atravesar el Caribe arriba al centro de distribución de Catia La Mar, en el estado La Guaira; y a Carenero, en Miranda.
De los centros de distribución es trasladada vía poliductos a los llamados Llenaderos, uno de los cuales se encuentra en Guatire, donde son cargados los camiones cisterna que surgen las estaciones de servicio de la región capital. Ni hablar de los intríngulis que implica llevarla hasta las poblaciones indígenas.
Pues bien, pese a todas estas operaciones e insumos, y aun cuando producir un litro de gasolina tiene un costo que supera un dólar, el Gobierno Bolivariano adoptó un esquema de precios que implica subsidiar a quien compra el combustible a 0,5 dólares el litro, y en mayor cuantía a quien la recibe prácticamente gratis.
Pero lejos de comprender la clara intencionalidad de brindar y garantizar un piso económico energético que permita el uso del combustible subsidiado para superar la pobreza y emprender iniciativas, la brecha de precios está siendo usufructuada por algunas estaciones de servicio.
El usufructo consiste en que alguna persona ligada a la Estación de Servicio, cobra 10 dólares por 40 litros de gasolina subsidiada, un dólar por cada 4 litros, lo cual equivale a cancelar la mitad, 0,25 dólares el costo de un litro en las denominadas estaciones de servicio internacionales.
La otra modalidad es la compra del cupo de 120 litros de gasolina por 20 dólares a aquellas personas que se ´prestan para plasmar su huella dactilar en el punto de venta. Luego, en algún momento del día, pasa un camión con su tanque a recoger el combustible que será revendido a un precio superior.
Es decir, mucho del subsidio dado por el Gobierno Bolivariano, que puede ser usado para mejorar el sistema de refinación nacional para refinar más gasolina, y/o apoyar los proyectos comunitarios, se queda en manos de unos pocos.