10 diciembre, 2025

‘Five Nights At Freddy’s 2’ (2025), crítica | Está hecha exclusivamente para los fans más entregados. Solo ellos podrán disfrutar de este terror blandito y anticlimático

'Five Nights At Freddy's 2' (2025), crítica | Está hecha exclusivamente para los fans más entregados. Solo ellos podrán disfrutar de este terror blandito y anticlimático


En el 2000 no callaba con ‘Pokémon’. Conocía todas las evoluciones, vi cada capítulo del anime, tenía los tazos, me pasé el primer juego en Game Boy decenas de veces con un equipo insuperable. A mi alrededor, toda persona que pasaba de 30 años me miraba como si estuviera hablando en sánscrito. ¿¡Cómo era posible, si resultaba tan fácil de entender!? ¿¡Cómo podían estar tan fuera de onda!? Han pasado dos décadas y media y se ha estrenado en cines ‘Five Nights At Freddy’s 2’. Y, como buena y dolorosa ley de vida, ahora soy yo el que no entiende absolutamente nada de este dislate.

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Los moñecos asesinos vuelven

Si la primera película de ‘Five Nights At Freddy’s’ era una especie de episodio de ‘Pesadillas’ apto para los novatos en la saga, esta segunda entrega pisa fuerte dentro de la mitología de la saga de videojuegos, cometiendo el error (o el acierto, según se mire) de dejar de lado a los que nunca los hemos jugado. Viendo los millones y millones de visualizaciones que siguen acumulando los vídeos en YouTube de teorías y explicaciones, es un paso lógico: en lugar de tratar de contentar a todo el mundo, dirigirse tan solo a los que disfrutan del café para más cafeteros y asegurarse su entrada en esta y el resto de secuelas.

La trama de ‘Five Nights At Freddy’s 2’ es un completo disparate que, salvo que vayas muy motivado, es confusa incluso cuando quiere ser simple, prometiendo un clímax en su tercer acto que, al final, se desvanece dejando al público queriendo más. Obviamente, dado que es una película de terror de iniciación, apta para mayores de 13 años, cualquier escena potencialmente violenta está fuera de plano y acaba eliminando toda emoción posible: es como una historia de la etapa más floja de RL Stine pero eliminando toda imagen mínimamente perturbadora (más allá de algún descabezamiento robótico). Un pan sin sal en toda regla.

Durante años, los fans han pedido que las películas de videojuegos sean más fieles a aquello que adaptan, y esta secuela va más allá: al estar guionizada por el mismo autor que la saga original, Scott Cawthon (esta vez sin compañeros que le paren en sus megalomaniacos planes), introduce nuevos conceptos y hace crecer el lore, prometiendo -por supuesto- una tercera entrega que añada aún más mitología a sus once títulos originales. El resultado, tristemente, no solo no tiene sentido para un público ajeno al material original, sino que introduce multitud de guiños hacia los fans que no van a ningún lado y se traducen en un guion excesivamente complicado de seguir sin motivo alguno. 

19 días y 5 noches

Reconozco que me hubiera gustado que ‘Five Nights At Freddy’s 2’ se tomara a sí misma mucho menos en serio. Pueden permitirse muchas cosas en una película sobre animatronics asesinos, pero no que sea aburrida: después de su divertido prólogo cae en picado, más preocupada de que entendamos las vicisitudes de sus sosos protagonistas, introducir nuevos muñecos asesinos y ofrecer sustos del todo a cien, de esos que solo funcionan a puro golpe de música y donde vemos una sombra que se desvanece rápidamente. Terror de primaria, vaya.

A su favor hay que destacar la labor tras la cámara de Emma Tammi, que ha mejorado notablemente desde su hierática primera parte. Aquí se permite unos cuantos virtuosismos técnicos, diseños tan atrevidos como juguetones e incluso un par de momentos de terror genuinos que hubieran funcionado mejor sin el constante peso de la mediocridad a su alrededor. Es, por así decirlo, una película media de Blumhouse: terror aparentemente sencillito empaquetado para un público no muy exigente. Añadiendo, en este caso, la obligatoriedad del fanatismo. Los hinchas van a tener una experiencia fantástica, porque está pensada exclusivamente para su disfrute. Los demás, como no quiero cansarme de repetir, no somos importantes.

Pese a su inquietante inicio, el reencuentro post-‘Scream’ de Matthew Lillard y Skeet Ulrich (que queda en nada) o las novedades robóticas, ‘Five Nights At Freddy’s 2’ llega a su inevitable escena post-créditos renqueante, pero segura de su condición. No importa que la mitad de las tramas queden abandonadas, que el guion sea convulso, que los personajes sean insípidos y que el terror se base en sustitos fáciles: la película sabe dar perfectamente lo que sus fieles quieren ver. Y aquí ni los críticos, ni los espectadores casuales, ni los padres obligados a acompañar a los chavales al cine importamos lo más mínimo. Se trata de una consciente palmadita en la espalda a los que ya han invertido horas y horas en la saga, que disfrutan pese a saber (o precisamente por ello mismo) que a su alrededor solo van a encontrar ignorancia y suspiros de impaciencia. Ya pasará el tiempo y dejarán de entender a las generaciones posteriores. Es lo que hay.

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