Felipe Guzmán – Últimas Noticias

El 2 de mayo de 2025 recibimos una noticia triste. Resulta que el alma de nuestro amado médico Felipe Guzmán voló hacia el confín hondo y sereno del azul. La disposición de servir y el espíritu de sacrificio caracterizan a los revolucionarios de todos los tiempos.
Ambas son virtudes que él atesoraba en su inmenso corazón. Y es que Felipe era de esos seres que arriesgan su comodidad, sus bienes y sus vidas en aras de conquistar el bienestar y la felicidad de los humildes. Para él servir era la razón de ser de su vida, su propósito existencial.
Felipe fue un bolivariano a carta cabal. Le gustaba recordar esta frase de Bolívar: “Por la libertad de mi patria he abandonado los blasones de una distinguida nobleza; me he privado de las delicias de una grande fortuna; he expuesto mi existencia por salvar la vida de mis conciudadanos, y únicamente he conservado las que pueden contribuir a la destrucción de nuestros enemigos”. Felipe me decía, Alí, Bolívar lo demostró con su ejemplo: “El que lo abandona todo por ser útil a su país, no pierde nada, y gana cuanto le consagra”.
Hoy podemos decir con claridad que el doctor Guzmán fue un hombre consagrado. No solo como coordinador del Consejo Directivo Provisional de la Universidad de las Ciencias de la Salud o viceministro de Desarrollo Social o en sus responsabilidades en la Misión Milagro o como médico gastroenterólogo, sino en el día a día, en la quinta Castillete, donde militaba, en una comuna, en una plaza, en una calle, porque cuando la tempestad del dolor agobiaba, allí estaba él, buscando alivio a los males, luchando contra la muerte y el mal en busca de un remedio. Para Felipe el juramento hipocrático no era un mero requisito de deontología de su función científica, sino ley de vida. No hizo de la medicina una forma de usura, sino un ejercicio contra las transnacionales del dolor.
A sus familiares y amigos les digo que deben sentirse afortunados de ser parte esencial de este hombre maravilloso. Siéntanse felices de haber amado a un hombre que con la investidura de la ciencia como escudo mitigó el dolor ajeno en el nosocomio sagrado del deber. Nos conminó a comer sano, a hacer ejercicios, a mantenernos en forma, como ejemplo bastaba ver su complexión. Simón Rodríguez nos dice que “los bienhechores de la humanidad no nacen cuando empiezan a ver la luz, sino cuando empiezan a alumbrar ellos”. Felipe José Guzmán Figueredo fue un bienhechor de la humanidad al convertir el dolor en sanación, el llanto en alegría y la desesperanza en radiante porvenir. ¡Honor y gloria para el doctor Felipe Guzmán!