Este clásico de la historia del cine cambió para siempre las reglas del western, pero Sergio Leone hizo trampa y le pillaron con las manos en la masa

En 1964, Sergio Leone no solo estrenó una película, sino que cambió para siempre el western. ‘Por un puñado de dólares‘ irrumpió en el cine como el catalizador del spaghetti western, ese subgénero que revivió los tropos del oeste clásico cuando parecían estar agotados. Leone tomó los recursos narrativos del género, los retorció, les añadió pistoleros sin una moral clara, escenarios áridos, un silencio previo al disparo, y una partitura musical capaz de poner en tensión hasta al viento que soplaba alrededor. Parecía una apuesta arriesgada y terminó convirtiéndose en una revolución estética, narrativa y sonora que marcó no solo al cine del oeste, sino a todo el que vendría después.
Ese cine que parecía estar en su ocaso encontró una nueva oportunidad gracias a Leone y marcó el inicio de lo que se llamó la Trilogía del Dólar -que completan ‘La muerte tenía un precio‘ y ‘El bueno, el feo y el malo‘-. Además, fue el trabajo que lanzó al estrellato a Clint Eastwood como el mítico “Hombre sin nombre” y que posicionó a Ennio Morricone como uno de los compositores más influyentes de su tiempo.
Un legado cinematográfico
La película se basa en ‘Yojimbo (El mercenario)‘ (1961), de Akira Kurosawa, que contaba la historia de un ronin sin amo que llega a un pueblo dividido por bandas rivales y juega con ambos bandos. Leone tomó esa lógica, la occidentalizó, le añadió desierto, revólveres y ponchos, y cambió samuráis por vaqueros.
De hecho, el parecido era tal que Kurosawa le demandó por plagio; una demanda que se resolvió con un acuerdo, según el cual se le concedieron los derechos de distribución en países asiáticos y parte de los beneficios. Kurosawa llegó a decir lo siguiente en una carta: “He visto tu película. Es una película muy buena. Desafortunadamente, es mi película”.
No obstante, sigue siendo una obra maestra nivel narrativo, ‘Por un puñado de dólares’ introduce varios elementos que después serían legendarios en el género: el antihéroe ambivalente, el silencio previo al duelo, la violencia inesperada, los primeros planos que hablan más que los diálogos… Leone no quiere hablar de buenos y malos y sus personajes tienen grietas, dudosas motivaciones y todo esto, sumado a la estética sucia y al paisaje, imprime una sensación de crudeza y vértigo, que aún hoy es digna de admirar.


Por otro lado, la película destaca por su uso del paisaje, que utilizó escenarios españoles de Almería y Hoyo de Manzanares para evocar México o el oeste americano. Además, la colaboración con Morricone no solo aportó melodías inolvidables, sino unos silencios y tensiones musicales que se sincronizaban con los tiros, los duelos y los momentos en los que el protagonista decide a qué lado disparar.
En definitiva, ‘Por un puñado de dólares’ es una lección sobre cómo una película con presupuesto relativamente contenido puede volverse grande no solo por sus explosiones o sus efectos, sino por su puesta en escena, ritmo, personajes e ideas. Para los que quieran volver a verla -o descubrirla-, está disponible en Movistar Plus+ y FlixOlé.
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