esta película marcada por la tragedia terminó siendo historia en el mundo del cine

En el mundo del cine siempre ha habido rodajes problemáticos, pero hay algunos que pasan directamente a la categoría de malditos. Historias donde todo parece ponerse en contra, donde los egos, las tragedias y los accidentes se acumulan hasta convertir lo que debía ser una superproducción en un desastre histórico. Ese es el caso de una cinta de los años noventa que, más que por su trama, sigue siendo recordada por lo que ocurrió detrás de las cámaras.
Lo que prometía ser una adaptación ambiciosa de la novela de H.G. Wells se convirtió en un rodaje legendario por todos los motivos erróneos: despidos, tormentas, estrellas difíciles, locuras creativas y una sombra de tragedia que envolvió al proyecto. Hoy, ‘La isla del Dr. Moreau‘ suele considerarse uno de los rodajes más malogrados de la historia del cine.
El origen del desastre se puede rastrear a los poderes en conflicto detrás del proyecto. El director original, Richard Stanley, llevaba años deseando adaptar la novela y trabajó mucho en el guion, pero los ejecutivos del estudio New Line empezaron a desconfiar de él, e incluso contemplaron contratar a otro realizador a sus espaldas, razón por la que, cuando el rodaje comenzó en Australia, las tensiones estallaron de inmediato.
Uno de los primeros golpes vino con el reparto: originalmente Bruce Willis iba a protagonizar la película, pero abandonó por razones personales, lo que obligó a reconfigurar el casting, sin embargo, Rob Morrow también abandonó el proyecto en medio del rodaje ante las continuas reescrituras del guion.
Pero ese no fue el único cambio: el caos aumentó cuando Richard Stanley fue despedido apenas unos días después de comenzar el rodaje, reemplazado por el veterano director John Frankenheimer, al que Stanley respondió con un colapso creativo destruyendo documentos, desapareciendo del set e incluso se dice que se internó en la selva australiana por varios días, para después regresar ‘disfrazado de un animal’ para ver el proceso de grabación sin que lo observaran.
Una tragedia tras otra
A la vez, la tragedia personal golpeó al elenco: la hija de Marlon Brando, Cheyenne, se suicidó antes de iniciar el rodaje, lo que sumió a Brando en un estado emocional inestable durante la producción, y que llevó al actor a negarse a aprender sus líneas, improvisando con ayuda de un auricular, retrasando escenas y complicando el trabajo del equipo.
Por otro lado, afirman que Val Kilmer fue una de las fuentes de conflicto: con la actitud de una avasallante estrella de rock intocable, llegaba tarde al set, se enfrentaba con miembros del equipo, e incluso se le acusó de quemar el brazo de una cámara con un cigarrillo durante una disputa. Por si fuera poco, Kilmer exigió que su papel fuese reducido, lo que forzó más reescrituras.
Las locaciones de la película se establecieron en la selva tropical del norte de Queensland, un destino que también fue un desafío para la producción: una tormenta tropical destruyó parte del decorado y equipo, paralizando la grabación por días. Además, a uno de los miembros de la producción lo mordió una araña venenosa, lo que provocó que su piel se derritiera.
El resultado final fue un caos casi total: la película fue recibida con críticas crueles, nominaciones a los premios Razzie y pérdidas en taquilla, lo que en muchos sentidos, destruyó carreras: Stanley estuvo veinte años prácticamente fuera del cine, Val Kilmer perdió prestigio, y Brando quedó envuelto en burlas y parodias en sus últimos años.
Aunque, siendo sinceros, con la accidentada producción de esta película se aplaude que la hayan podido terminar.
Foto de IMDB
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