El primer skyline de Caracas

El skyline (del inglés línea de cielo) o por influencia del francés panorama urbain, (panorama urbano) es el perfil total o parcial de las edificaciones más altas de una ciudad, representa el horizonte artificial creado por la estructura total de la misma. Los panoramas urbanos constituyen una especie de huella dactilar de las urbes, ya que no hay dos iguales. Antes de la fotografía, las pinturas eran los medios plásticos por excelencia para plasmar los horizontes citadinos.
En la Galería de Arte Nacional en Caracas podemos apreciar un óleo sobre tela del pintor, escultor y dorador caraqueño del período colonial Juan Pedro López (1724-1787) que representa la primera instantánea conocida de la ciudad de mediados del siglo XVIII vista desde la pequeña colina de El Calvario dirección oeste-este.
En el cuadro aparece Nuestra Señora de Caracas advocación impulsada por el entonces obispo Diego Diez Madroñero para dotar a Caracas de una patrona, acompañada de una corte santoral. En su parte superior y central destaca la Virgen coronada por dos ángeles; a la derecha de María, santa Ana, su madre; y un poco más abajo el apóstol Santiago, protector de la ciudad. A la izquierda de la Virgen están santa Rosa de Lima y santa Rosalía; en medio de los ángeles, aparece el escudo de armas concedido por Felipe II a Caracas en 1591: una venera sostenida por un león rampante coronado, en la cual figura la cruz de Santiago. Laureando el grupo celestial, una cinta que dice: Ave María Santísima, para recordar la concesión hecha por Carlos III a la ciudad mediante Real Cédula el 6 de noviembre de 1763.
Debajo de este conjunto apreciamos el skyline de Caracas. Al centro, está la plaza Mayor (hoy plaza Bolívar) con los arcos del mercado, construida por órdenes del gobernador Felipe Ricardos en 1754; al frente, la catedral con su torre alta de cuatro cuerpos. Se distinguen los edificios y templos de esa cuadrícula.
El óleo original ejecutado antes del sismo de santa Úrsula de 1766 estuvo expuesto al aire libre desde aquel año hasta 1876 en la esquina de La Torre hasta que fue trasladado al Museo Nacional por órdenes de Antonio Guzmán Blanco, como lo refiere Arístides Rojas en sus Leyendas históricas. Otra copia se conserva en el Palacio Municipal de Caracas.