12 octubre, 2025
Derrotamos el fascismo - Últimas Noticias

El número 10, base del sistema numérico creado en La India pero difundido en Occidente por la esplendorosa cultura árabe, simboliza el inicio de un nuevo ciclo y el fin de otro. Se asocia con el poder de transformar y manifestar los deseos.

El 10 es la base del sistema numérico e incluso de la civilización. Es uno de los fundamentos de las matemáticas, disciplina que deberíamos aplicar mucho más, aunque sea en homenaje a las incontables veces que el Comandante Hugo Chávez dijo que “le gustaban las matemáticas” y que las usaba para tomar sus decisiones.

Nuestro presidente electo, Nicolás Maduro, va a jurar como presidente de la República Bolivariana de Venezuela el 10 de enero ante la Asamblea Nacional. Un 10 de enero para la historia, símbolo de una actitud soberana, independiente, contra los deseos de un país peligroso y violento como Estados Unidos, actualmente la peor amenaza para la humanidad.

En muchos sentidos será el inicio de un ciclo mundial, casi coincidente con el inicio del segundo periodo de gobierno de Donald Trump, a partir del 20 de enero, que augura tiempos tormentosos para la humanidad. Desde hace varias semanas Trump viene amenazando, no solamente a los adversarios geopolíticos de Estados Unidos, sino a muchos de sus aliados. Pareciera que como Estados Unidos fracasa en sus enfrentamientos con sus enemigos, ahora lo va a intentar contra sus amigos.

Sin duda la toma de posesión va a ser la más publicitada de la historia de Venezuela. Hay que decirlo, gracias a los yanquis y a sus marionetas Edmundo González y María Corina Machado. Algunos medios estarán derrochando bilis al respecto, pero las imágenes serán elocuentes: el poder real en Venezuela es uno solo, amparado en su Constitución, sus leyes y sus instituciones.

Es precisamente la ley lo que la derecha considera un estorbo para cumplir sus objetivos. Una demostración de que la derecha no tiene respeto por la ley, ni por principios de justicia es la campañita irracional de que “se robaron las elecciones”.

No tienen ni una prueba de eso. ¿Se le da crédito a las pruebas falsas que publicó la oposición antes que a la supuesta “falta de pruebas” por parte del CNE? Es decir, en el caso de la oposición el fraude ha sido demostrado, en el caso del CNE no está demostrado sino denunciado sin pruebas. En un estado de derecho nadie es culpable hasta que se le demuestre la culpabilidad.

Aún después del 10 de enero, debemos seguir desmontando la campaña de desprestigio de nuestra patria.

El nuevo ciclo que se inicia el 10 de enero será muy promisorio para Venezuela, aunque encontremos piedras en el camino. Avanzaremos hacia el futuro que nos merecemos y ¡venceremos!

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