13 octubre, 2025
Derrotamos el fascismo - Últimas Noticias

“Volverá a ser verde y ancho/el roble, el roble nuestro. /Mordido de la metralla, /no del rayo de los cielos, /volverá a brotar contadas/una hoja por cada Euskaro/ y será a la semejanza/ nuestra y tierno”. Inicia así Gabriela Mistral su poema Árbol de Guernica tributando al emblemático roble que resistió tras la ruina dejada por el bombardeo aquella funesta tarde del 26 de abril de 1937 en el pueblo vizcaíno de Guernica.

Un ataque vil que profirió el Tercer Reich. El horror que se vivió en esa villa era el preludio de lo que sufriría Europa durante casi una década. Los conflictos mundiales no cesan aún hoy día. El ser humano no aprende.

El roble es un árbol sagrado en muchas culturas, investido de los privilegios de la divinidad suprema del cielo. Simboliza la fuerza moral y física. De ahí la expresión popular: “ser fuerte como un roble” o “parecer un roble”. Pero para los vizcaínos es más que un árbol: encarna sus libertades, y por extensión, las de los vascos, una tradición que data del siglo XIV cuando el señor de Vizcaya juraba respetar los fueros bajo este roble. En el blasón de Vizcaya y de los Bolívar destaca ese típico sinople tallo.

Un relato contado por Luis Beltrán Reyes en Leyendas históricas (1983) dice que en los jardines de la cuadra Bolívar había sido replantado un hijo del roble guerniqués, primero sembrado en Lima por un heredero del conquistador español Francisco Pizarro. Se desconoce cómo fue a parar al solar a la morada bucólica de los Bolívar. Un mural que Tito Salas pintó en 1930 en la casa natal del Libertador parece sugerir la presencia de este árbol. ¿Habría conocido esta leyenda?

Hay árboles nietos de este roble sembrados en varias partes del mundo por la diáspora vasca. Gracias al animoso arrojo de nuestra comunidad éuscara, este 16 de enero se cumplió un año del cultivo de un brote de esta protagónica planta en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda en Caracas y goza de buena salud. Bien valdría la ocasión para sembrar otro heredero del Gernikako Arbola en la cuadra Bolívar para reforzar no solo los lazos históricos de esta colectividad con Venezuela, sino también unir símbolos de lo inconsciente y consciente que han entretejido los movimientos políticos, sociales y culturales en defensa de la soberanía y libertad de ambos pueblos.

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