28 septiembre, 2025

El día que John Wayne participó en una adaptación de Shakespeare (más o menos) y nos regaló una de las películas más divertidas de su carrera

El día que John Wayne participó en una adaptación de Shakespeare (más o menos) y nos regaló una de las películas más divertidas de su carrera


Durante muchos años, John Wayne siempre fue un sinónimo del típico héroe del cine del Oeste. Con más de 80 westerns a sus espaldas y títulos tan legendarios como ‘Centauros del desierto‘ o ‘Valor de ley‘, el actor se convirtió en una de las figuras más reconocibles del Hollywood clásico. Pero incluso los grandes iconos se permiten alejarse del su papel prototípico alguna vez.

A finales de los años 60, Wayne empezó a sentirse encasillado como el pistolero estoico y honorable que había marcado gran parte de su carrera. Aunque veía su interpretación en ‘Valor de ley’ como una de las mejores de su carrera, el actor buscaba espacios para explorar otros registros, especialmente en el terreno de la comedia y el romance.

Y esa oportunidad llegó en el año 1963 con ‘El gran McLintock‘, una película que, sin dejar de ser un western, apostó por un tono más ligero y desenfadado. Inspirada libremente en ‘La fierecilla domada’ de William Shakespeare, este largometraje le permitió a Wayne salirse de su zona de confort y mostrar un lado mucho más humorístico y juguetón.

El resultado fue un éxito popular que, aunque no tuvo el mismo impacto entre la crítica que otros de sus grandes dramas del Oeste, sigue siendo recordado como una de sus incursiones más divertidas en el género. Y, de paso, dejó claro que Wayne no solo sabía cabalgar y disparar, sino también reírse y enamorar en pantalla.

Shakespeare a caballo y con sombrero

'El gran McLintock'
'El gran McLintock'

Dirigida por Andrew V. McLaglen y coprotagonizada por la carismática Maureen O’Hara, ‘El gran McLintock’ cuenta la historia de G.W. McLintock, un poderoso ranchero cuya vida da un vuelco cuando su exesposa regresa al pueblo con la intención de llevarse a su hija al otro lado del país. Y lo que empieza como un choque de voluntades acaba reavivando viejos sentimientos, dando pie a una serie de situaciones tan tensas como cómicas.

Aunque no sea una adaptación al pie de la letra, la inspiración en ‘La fierecilla domada’ es evidente, y no se limita solo a imitar la dinámica de pareja. La película conserva ese espíritu de batalla verbal y física entre dos personajes que, pese a sus diferencias, están condenados a entenderse.

Uno de los elementos que distingue a esta película dentro de la filmografía de Wayne es su forma de mezclar la comedia romántica con la acción. La famosa “escena del lodazal» (una pelea colectiva que termina con medio pueblo empapado en barro) es una de las secuencias más recordadas, no solo por su coreografía, sino por cómo nos deja ver a Wayne en un registro completamente distinto.

Además, la química con Maureen O’Hara, con quien trabajó en otras cinco películas, es otro de los puntos fuertes del filme, donde vemos interacciones más ligeras y desenfadadas que en trabajos anteriores, con diálogos llenos de indirectas y gestos cómplices que dan vida a una relación tan conflictiva como entrañable (aunque también incluye una escena en la que McLintock azota a Katherine con una pala que quizá impide que envejezca algo mejor).

Es posible que no sea una de las más populares de la filmografía de Wayne, pero ‘El gran McLintock’ destaca por su capacidad para combinar acción, romance y humor. Y también por su manera de mostrar la versatilidad del actor. Porque incluso para un icono tan férreamente asociado al western, siempre hay espacio para sorprender.

Para aquellos que se animen a descubrirla, está disponible en Filmin.

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