9 diciembre, 2025
De San Remo a Caracas

En 1780 en la región del Cusco se levanta Tupac Amarú II. Se trata de una verdadera revolución, que no sólo protesta ante las injusticias, sino que se plantea tanto la Independencia del Imperio español como la abolición de la esclavitud en sus distintas formas y la construcción de una nación de igualdad y justicia. En la revolución, liderada por los pueblos indígenas, se incorporan los afrodescendientes liberados de la esclavitud, los mestizos e incluso algunos criollos. Expresó con todas sus fuerzas la unión de la mayoría del pueblo. Para derrotarla, los agentes de la Corona tuvieron que movilizar un ejército de más de 17 mil hombres. Tupac Amaru fue ejecutado con la tradicional saña de los invasores. Su tronco fue quemado y su cabeza, piernas y brazos exhibidos en distintas partes del territorio para aterrorizar a la población indígena. En 1781 se alza Tupac Katari en el Alto Perú al mando de cuarenta mil combatientes. También sería derrotado, pero antes de morir sentenció: “Yo muero, pero volveré y seré millones”.

Esta verdadera revolución se planteaba la transformación radical de las relaciones coloniales y, precisamente por eso, sembró terror en las oligarquías criollas. Por eso intentaron enterrarla en el olvido y desterrarla de la historia.

La Revolución Haitiana se inicia en 1791 y triunfa en 1804. Para liberarse de la dominación colonial tuvieron que luchar contra los ejércitos francés, español y británico. Los nombres de Toussaint Louverture y de Jean-Jacques Dessalines, líderes de la independencia haitiana, tendrían que ser conocidos y admirados por todas y todos en Nuestra América. Fue una revolución realizada en lo que para entonces era la colonia más rica de América, y barrió las bases de una sociedad levantada sobre la esclavitud y la negación de la humanidad de la inmensa mayoría de la población. Los franceses no perdonarían al pueblo haitiano: bloquearon las costas haitianas y obligarían a Haití a contraer una inmensa deuda para pagar su libertad.

La Revolución Haitiana también fue satanizada por las oligarquías criollas: se espantaban ante la sola idea de los “negros libres”. De Haití partió Miranda en su expedición libertaria de 1806, de los mismos puertos partió Bolívar para alcanzar la Independencia. La Revolución es la tarea histórica de liberación de los pueblos, y necesita arraigarse en su memoria.

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