Democracia y comuna – Últimas Noticias

Abogo por la alegría que podemos alcanzar en la unidad, por la fuerza de la creatividad y la inteligencia colectiva. Deploro la burocracia, la desidia, la piratería y la corrupción.
La única manera de producir mejoras en nuestras vidas es actuando en colectivo y en el ámbito inmediato que nos rodea. Es esa mejora, detalle a detalle, en cada comunidad, la que es capaz de sumar la energía necesaria para un salto de calidad.
Por loco que parezca, es un poco irreal esa idea de que vivimos en un mundo global. La verdad es que vivimos en nuestras ciudades, en nuestros pueblos y, fundamentalmente, en nuestra comunidad. Nada deberíamos conocer mejor que nuestra comunidad. Cada detalle de este ámbito debería importarnos.
Cómo llega el agua, de dónde viene, cómo se podría mejorar, aprovechar mejor. Qué podemos hacer en conjunto para hacer que nuestra vida esté en mejores condiciones.
En el nivel de la comunidad es más difícil el populismo y la mentira. Nos conocemos y convivimos con nuestros acuerdos y desacuerdos. Hay cambios que podemos producir en unión porque mejoran nuestra vida colectiva. La política y la democracia son hijas de la vida en comunidad.
Siendo más explícito, quiero señalar mi convicción de que la democracia sólo es totalmente posible en el nivel de la comunidad. Más allá de este nivel, propugnamos porque todas las prácticas sean democráticas, pero distintas formas de poder, muchas sin responsabilidad cercana a la vida de las personas, a veces sin ninguna empatía, se empeñan en imponer su fuerza sobre decisiones que deberían ser más colectivas.
La comprensión de la eficacia de estos poderes alejados de la gente es de mayor importancia en estos días, cuando procuran que parezca educado y elegante ser racista, xenófobo, misógino, homofóbico y clasista. La democracia sólo puede ser democrática cuando asume como iguales a la gente y respeta toda su diversidad.
Quien hace lo posible porque sufra la gente para que cambie de opinión, no le interesan las personas ni las comunidades. Son portadores de esa idea de poder ubicado de espaldas a la gente, con la mirada puesta en alcanzar mayores sumas de dinero.
Este 10 de enero, al iniciarse el nuevo período presidencial, nuestro presidente Nicolás Maduro asume un nuevo mandato que, estoy seguro, permitirá profundizar el carácter comunal de la Revolución Bolivariana, para alcanzar niveles más elevados de democracia y humanismo.