5 octubre, 2025

Deltanos disfrutan de los peces revueltos con la bajada del río Orinoco

Deltanos disfrutan de los peces revueltos con la bajada del río Orinoco

El nivel del río Orinoco comenzó a bajar desde el pasado mes de septiembre, desde entonces, las familias que estaban refugiadas en albergues naturales y escuelas, están regresando progresivamente a sus hogares para aprovechar la temporada de los peces revueltos. 

Hay alegría entre los habitantes del Delta Medio, donde cada año se inundan. Ahora pueden regresar a sus hogares y disfrutar de los pescados.

Cuando el río Orinoco comienza a subir, las corrientes de agua se hacen más fuertes, sobre todo en el Delta, debido a que la mayoría de sus afluentes se encuentran en entidades con relieves más altos, por lo que toda el agua va bajando con fuerza.

Este fenómeno impide un hábitat fácil para la mayoría de los peces, pero al comenzar a bajar el río, las corrientes son menos fuertes y los pescados que migraron a las cercanías del océano, regresan masivamente al Delta Medio.

La temporada de peces revueltos se aprovecha de varias formas: la gente los captura para consumo familiar, con los que preparan todo tipo de platos: guisos, asados, fritos y piscillos. Y también los venden a los caveros, las personas que van en curiaras desde Tucupita para comprar los pescados, conservándolos con hielo. 

Joel Rojas, uno de los caveros, ha visto de cerca el fenómeno de peces revueltos: «antes pasaba hasta cinco días por llenar las cavas, ahora solo demoro dos días».

El pasado sábado logró cargar hasta 700 kilos en solo dos días. Esto debido a la temporada de pescados revueltos, que se extiende desde septiembre hasta diciembre.

Al haber más pescados, el mercado de este rubro comienza a estar en medio del fenómeno de oferta y demanda, mientras los precios bajan considerablemente.

Dependiendo de la especie, un kilo de pescado vale entre 300 y 800 Bs el kilo en Tucupita, pero en los caños, donde abundan, hasta los pueden regalar en ocasiones. Lo que incrementa su precio es el poder trasladarlos hasta la capital deltana, donde hay inversión de combustible para el trayecto de ida y vuelta.

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