Los peligros de las cenizas volcánicas

Los volcanes inactivos suelen
ser vistos como algo que no denota peligrosidad ya que no han arrojado magma en
un tiempo considerable como cientos o miles de años, a pesar de esto, son
capaces de mantener ciertas actividades como presencia de aguas termales
o fumarolas
incipientes. El hecho de que se encuentren dormidos no
quiere decir que no pueden activarse de un momento a otro y entrar en erupción, ni
siquiera los expertos pueden determinar con exactitud en que momento
puede ocurrir su
activación.

Dentro
del volcán se van acumulando
gases y rocas fundidas, lo que genera que el magma o lava que
se encuentra a varios kilómetros de la superficie vaya ascendiendo debido a
la presión generada.
Cuando esto sucede, las piedras que se encuentran en el camino se funden, lo
que ocasiona una mayor
presión y al no soportarlo más, sencillamente estalla de
forma más o menos violenta de acuerdo a las características del volcán,
ocasionando la expulsión de cenizas y polvos a la atmosfera que tanto daño hacen
a personas y al medio
ambiente.

Las cenizas volcánicas en realidad son rocas
que han sido pulverizadas durante todo el proceso que
ocurre cuando el volcán se activa, además contiene pequeñas piezas de lava muy
livianas a la que se le conoce como escoria
volcánica o piedra pómez. En cambio, cuando es fresca,
suele tener una textura
áspera, vidriosa y arenosa, así mismo presenta un olor fétido y
una apariencia
desagradable; estos residuos provocan daños tanto a las
personas como al medioambiente.

Estos
residuos se crean a través de tres etapas: Erupciones magmáticas es el proceso
que consiste en la fragmentación
del magma en partículas finas; en las erupciones hawaianas se
producen cenizas
vítreas que poseen un aspecto a manera de gotas, esferas y
de cabello de Pele que
consiste en hilos de vidrio largos y delicados que se forman cuando la lava se
estira, este nombre muy singular se debe a la diosa hawaiana del fuego.

Mientras
que las erupciones
fratomagmáticas, se originan cuando el magma entra en
contacto con el agua
subterránea que puede ser hielo y nieve, lo que ocasiona
un enfriamiento y fragmentación
del magma. Si se produce una erupción volcánica dentro de un
glaciar, el agua fría se entremezcla con la lava originando fragmentos cristalinos muy pequeños lo
que crea una nube de cenizas con alto
contenido de cristales muy peligrosos.  

Por
último, se producen las erupciones
freáticas que se originan a causa de las exposiciones
de vapor y agua ocurridas
dentro del volcán; en todos los casos, las cenizas volcánicas producen una
serie de efectos
nocivos tanto al ambiente como a las personas que se
encuentran cerca del lugar, sin embargo, poblaciones que se localizan a grandes
distancias, también sufren algunas secuelas. La Fundación Yammine explica
algunas de ellas:

1.-
Las cenizas caídas o los gases
expulsados son responsables de la contaminación del agua,
pues, contribuyen a alterar su pH, causando la muerte de los ecosistemas marinos,
así como pone en riesgo la salud de humanos
y animales que consumen esta agua contaminada.

2.-
El cúmulo de
cenizas sobre los techos de las edificaciones,
pueden ocasionar el
colapso de estas estructuras ya sea de forma inmediata o
posteriormente, e inclusive, al realizar el retiro y posterior limpieza del lugar.

3.-
Cuando las cenizas de acumulan en las calles, estas impiden el libre tránsito ya
sea peatonal o vehicular, lo que genera problemas de desplazamientos y la
realización de las actividades que se realizan cotidianamente se ven afectadas.

4.-
La producción de
alimentos se ve comprometida debido que, al caer las cenizas
en el suelo, la tierra absorbe
los gases que la componen, lo que genera la carencia de nutrientes,
así como la dificultad para que las plantas puedan realizar el proceso fotosintético.

Las
cenizas volcánicas no solo afectan al medio ambiente, sino que, ocasionan
graves trastornos en la salud del hombre, como afecciones en la piel y ojos,
así como problemas respiratorios.