7 noviembre, 2024

¿Cómo puede aportar el urbanismo en la lucha contra el cambio climático?

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Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas en las ciudades, que se han intensificados por lo que se conoce como el efecto isla de calor, que resulta de la concurrencia de los efectos del cambio climático con las construcciones y la actividad humana en la ciudad. En esta oportunidad, Nelson Rafael Bustamante Abidar te presenta las soluciones urbanísticas para brindar refugios climáticos en los centros urbanos. 

Contenido

Urbanismo para combatir el cambio climático

Hoy en día, para apalear los efectos del calor y el cambio climático se desarrollan políticas para el desarrollo de varias acciones en diferentes etapas y escalas, que van desde:

  • La optimización de espacios verdes para la gestión del calor urbano.
  • Uso de materiales de construcción sostenibles para minimizar la huella de carbono.
  • Aprobación de leyes que ayuden a crear entornos urbanos naturales más sostenibles.

La variación de la temperatura en las calles se debe también a los espacios verdes que contengan. Según algunas investigaciones, la vegetación en las vías públicas influye en la temperatura del ambiente, que disminuye considerablemente cuando hay césped en una de las aceras. En cuanto a la presencia de árboles, la temperatura disminuyó un grado en una calle con árboles en uno de los lados de la carretera, frente a una vía sin árboles ni césped.

Otro de los factores que influyen en ese cambio de las temperaturas tiene que ver con la distancia del suelo, es por ello que los niños sufren más las consecuencias del calor. Asimismo, durante las horas centrales del día los niños están rodeados de una temperatura en el ambiente superior a la de los adultos. 

Además, las calles con árboles en un lateral y césped en ambos lados redujeron la diferencia de temperaturas entre niños y adultos, en 0,6 grados respecto a una acera sin árboles ni hierba. Se debe a que desde el suelo sale el calor hacia el aire superficial, tras absorber la radiación solar.

Con todo esto, ha surgido una tendencia que conoce como urbanismo termodinámico o urbanismo climático, que trata de plantear soluciones a los fenómenos del cambio climático que se dan en torno a las ciudades teniendo en cuenta tres elementos fundamentales:

  • Convección.
  • Radiación.
  • Conducción.

Estos tres condicionantes, vinculados con la transmisión del calor, son clave para el diseño de unas ciudades adaptadas al cambio climático.

Refugios climáticos para las horas de calor

Ante las olas de calor algunas ciudades están creando refugios climáticos; espacios urbanos como parques o zonas de sombra que ya existían, pero que ahora se reforman o se abren al público de forma gratuita para ayudar a la población vulnerable a sobrellevar las altas temperaturas debido al cambio climático.

Para los niños, diferentes ciudades han creado plazas con fuentes acuáticas, ideales para refrescarse del calor inclemente, y son perfectas para apalear las olas de calor de una forma entretenida. En los refugios climáticos las temperaturas son inferiores a las del exterior, donde los ciudadanos pueden resguardarse del calor, y el termómetro marcó una temperatura un 25% inferior a la de la calle. 

A nivel global, algunas ciudades han implementado leyes y avances para informar sobre refugios ante el calor, como también la implementación de políticas apuntando a una ciudad más sostenible para hacer frente al cambio climático:

  • En París (Francia), el Ayuntamiento ha desarrollado una app móvil con un mapa de los lugares frescos en la ciudad, con espacios verdes, museos, bibliotecas, lugares de culto, fuentes o zonas de baño repartidos por la capital francesa. Además, la aplicación ofrece información en tiempo real de los riesgos por calor y recomendaciones para hacerle frente.
  • En Nueva York (Estados Unidos) es la de pintar los tejados de los edificios de blanco para reducir las temperaturas en el interior en un 30% y por ende disminuir el uso de aire acondicionado, según datos del Ayuntamiento.
  • En Toronto (Canadá), desde 2009 está vigente una legislación local que fomente el uso de espacios verdes en los tejados. La ordenanza exige que los edificios de más de 2.000 metros cuadrados se cubran con vegetación para ahorrar energía y aprovechar el agua de lluvia.
  • En Copenhague (Dinamarca), que apunta a ser una ciudad neutra de carbono para 2025, se aplican medidas similares.
  • En Barcelona, entre 2017 y 2037 el Ayuntamiento tiene previsto invertir 9,6 millones de euros al año para aumentar el arbolado de la ciudad.
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Nelson Rafael Bustamante Abidar: Urbanizar y rehabilitar la ciudad con sentido ecológico

Hoy en día es necesario realizar mayores intervenciones para adaptar las urbes a las exigencias del cambio climático actuales y futuras, aunque estas pueden producirse a diferentes fases. Por ejemplo, Francia o Dinamarca obligan a que los edificios de nueva construcción sean cubiertos por paneles solares o techos verdes. 

También se tiene la opción de las cubiertas vegetales; para montarlas es muy importante utilizar especias endémicas que no tengan una demanda de agua mayor de la necesaria, para evitar que su mantenimiento sea contrario al efecto positivo. En cuanto a mejorar su eficiencia, también hay que valorar aspectos como la posibilidad de que su mantenimiento y riego dependa del reciclaje y recogida de aguas del edificio en el que se encuentre.

La mejor fórmula para adaptar las ciudades a los efectos del cambio climático, pasa por ajustar lo que ya está presente y desarrollar nuevas políticas que brinden más espacios verdes.

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