Corea del Norte prohibió películas extranjeras en televisión hasta 2010. Este olvidado clásico dosmilero abrió la veda

Como todo lo demás en el estado, la cultura de Corea del Norte está caracterizada por funcionar muy de puertas para dentro. El país tiene una industria cinematográfica para disfrute de sus ciudadanos, si bien esta está fuertemente controlada por el gobierno y tiene un enfoque propagandístico. Actualmente está además bastante decaída, y en 2024 se reportó el estreno de apenas un puñado de películas.
No siempre fue así, el anterior gobierno de Kim Jong-il contó con un presidente más cinéfilo, con una producción más activa de películas que se emitían bien en cines o en televisión nacional. Más impresionante aún fue que durante este gobierno se emitió la primera película occidental en el país en televisión nacional. Y por alguna razón, se decidió que sería ‘Quiero ser como Beckham’.


Efectivamente, la comedia dosmilera de Keira Knightley de fútbol femenino con ínfulas lésbicas, foco en la religión y en amistades interraciales fue considerada una candidata ideal para abrir la veda en este sentido. Por supuesto, la película llegó a pantallas norcoreanas fuertemente censurada, pero llegó de cualquier manera. Se hizo marcando el décimo aniversario de las relaciones entre Reino Unido y Corea del Norte, y aparentemente debido a que a los norcoreanos les gusta mucho el fútbol, además de los temas de «multiculturalismo, igualdad y tolerancia» como se mencionó en un comunicado.
Esto no cambió el hecho de que el cine extranjero sigue estando fuertemente restringido. El país organiza anualmente el Pyongyang International Film Festival, un certamen de cine donde se muestran películas internacionales que pasan el corte. Fuera de esos canales oficiales está totalmente prohibido, llevando a aquellos que quieren experimentarlo al mercado negro, donde algunos se juegan la vida por distribuir copias pirateadas de películas.
Desde el estado norcoreano tienen razones para tratar que esto siga siendo así. Una de las razones más citadas de los desertores del país es el haber experimentado la cultura extranjera, que se aleja de la devoción propagandística al líder para potenciar otros valores.