Carmen Rendiles, la resiliente religiosa que sube mañana a altares

En el seno de una familia con una arraigada religiosidad, así creció Carmen Elena Rendiles Martínez, la mujer que dedicó su vida a la educación y atención de los más desprotegidos, y este domingo arriba a los altares de la Iglesia católica como la primera santa de Venezuela.
La caraqueña, más conocida como Madre Carmen Rendiles, llegó al mundo el 11 de agosto de 1903 sin su brazo izquierdo, condición que no le fue impedimento para formarse en diferentes oficios y crecer como mujer independiente y con las cualidades de una líder, que la llevaron a brindar grandes aportes a la comunidad católica del país.
Fue la tercera de los nueve hijos que resultaron del matrimonio entre Ramiro Antonio Rendiles y Ana Antonia Martínez Rodríguez. Una familia con una buena posición económica y con fuertes tradiciones religiosas, lo que permitió que Carmen, desde muy pequeña, pudiera tener una prótesis en su brazo izquierdo y, además, creciera mostrando su amor al prójimo.
En su adolescencia, a los 15 años, empezó a manifestar su intención de servir a Dios, pero una afección pulmonar puso en pausa sus planes religiosos. Sin embargo, tras recuperarse unos meses después, retomó con mayor fuerza sus proyectos y se inició en la formación católica como catequista.


A la joven Rendiles también le apasionaban las artes plásticas y demostró que la falta de su extremidad no era un impedimento para enfocarse en ellas. A los 18 años se inscribió en una Escuela de Artes y Oficios que quedaba cerca de su casa, donde aprendió técnicas de dibujo a carboncillo y pintura, las cuales integró con su devoción a Dios, diseñando imágenes católicas.
En su búsqueda por servir plenamente al Creador, Carmen estuvo tocando la puerta de varios conventos en los que fue rechazada a causa de que veían la falta de su brazo izquierdo como un obstáculo. No obstante, a los 24 años llegó a la Congregación Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, de origen francés, ubicada en Caracas. Allí inició su noviciado y media década después emitió sus votos perpetuos.
A la edad de 33 fue nombrada maestra de novicias y años después como superiora de la Casa Madre en Venezuela. Durante su gestión, se extendieron las labores del recinto en la ciudad capital hacia otros estados.
La Madre Rendiles fundó colegios como Betania, Santa Ana, Belén y Nuestra Señora del Rosario. Asimismo, en 1965, tras varios acontecimientos, procede a separarse de la congregación francesa y crea la congregación de Siervas de Jesús, en la que tres años después fue nombrada superiora general.
Entre los variados servicios que hasta ahora presta la congregación a las parroquias, se encuentra la elaboración de hostias y ornamentos litúrgicos.
En 1974, la religiosa sufrió un accidente automovilístico que la dejó en silla de ruedas de por vida, debido a la fractura de sus dos piernas. Tres años más tarde, su salud se vio perjudicada y a causa de su avanzada edad falleció el 9 de mayo de 1977 en la Clínica Luis Razzetti.
Sus restos reposan en la capilla Jesús Hostia del Colegio Belén, situado en la urbanización Los Palos Grandes, en el municipio Chacao de Miranda.
Trayecto al altar
- 1995. Comienza el proceso para su beatificación con el estudio de sus virtudes y fama de santidad.
- 2013. El papa Francisco la declaró venerable a la Iglesia al reconocer sus “virtudes heroicas” como cristiana.
- 2017. La Santa Sede aprueba su primer milagro, correspondiente a la sanación del brazo derecho de la médico cirujana Trinette Durán de Branger, tras sufrir una descarga eléctrica en el año 2003.
- 2018. Se convierte en la tercera beata del país y la primera de Caracas.
- 2025. En marzo de este año, el Vaticano aprobó el segundo milagro que corresponde a la joven Fabiola de Abreu, quien sufría de hidrocefalia triventricular idiopática y sanó tras tocar la imagen de la beata. Mañana, 19 de octubre, será el acto de canonización en la plaza San Pedro de Roma, en Italia.