19 octubre, 2025
¿Le creerán a Elon Musk?

La XVII Cumbre del BRICS, celebrada el 6 y 7 de julio en Río de Janeiro, Brasil,
marca un hito crucial en la reconfiguración geopolítica global. Desde nuestra
perspectiva, como militante revolucionario y venezolano, este encuentro no solo
reafirma la creciente influencia de este bloque de economías emergentes, sino
que ha dejado ver las tensiones latentes del hegemón occidental.

Los acuerdos alcanzados y las reacciones subsiguientes, particularmente la de
Estados Unidos, deben ser analizados con detenimiento. La «Declaración de Río de Janeiro» es, sin duda, el corazón político de esta cumbre. Su rechazo explícito a las medidas proteccionistas, unilaterales, punitivas y discriminatorias del gobierno de los EEUU contra los países como el nuestro, no es una declaración abstracta; es una crítica directa y contundente a las políticas coercitivas que, lamentablemente, Venezuela conoce de primera mano.

Esta postura es un espaldarazo a la soberanía de los Estados y a los principios del
derecho internacional, tan a menudo violentados por potencias que buscan
imponer su voluntad a través de sanciones y bloqueos. En un claro ejercicio de
fascismo recurrente y sistemático.

De esta manera, el BRICS se erige, así como un baluarte contra la unilateralidad,
proponiendo un modelo de comercio y cooperación basado en el respeto mutuo y
la equidad. Para Venezuela, esto resuena profundamente, dado que hemos sido
víctimas de un entramado de medidas inhumanas que han buscado, por todos los
medios, asfixiar nuestra economía y doblegar nuestra voluntad política.

Contenido

El chantaje estadounidense no se hizo esperar

Como era de esperarse, la reacción de Washington no podía ser más predecible.
El anuncio del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 10% a los
productos de los países BRICS es una medida de chantaje económico que raya
en lo absurdo.
Esta acción es un intento desesperado por castigar la autonomía y la soberanía de
estas naciones, y un claro mensaje de que Estados Unidos no está dispuesto a
aceptar un orden mundial donde su poder no sea absoluto. Como bien señaló
Beijing, esta amenaza es «arbitraria y contraproducente», y socava la cooperación
internacional.

Es un reflejo de la mentalidad egoísta y dominante que ha caracterizado la política
exterior estadounidense, donde el avance de otros actores es percibido como una
amenaza directa.

Como pueblo, les invito a observar estos hechos con atención. La agresión
arancelaria de Trump no solo busca debilitar a los BRICS, sino también enviar una
señal a cualquier nación que ose desafiar la hegemonía yanqui.

Avanzar hacia un equilibrio global más justo y equitativo

Sin embargo, esta medida coercitiva podría tener un efecto boomerang,
acelerando la desdolarización y el establecimiento de mecanismos comerciales
alternativos dentro del bloque y con otros socios. Los países BRICS, con su
creciente poder económico y demográfico, deben seguir trabajando para no
dejarse amedrentar.

Venezuela, como actor activo en la defensa de la soberanía y la
autodeterminación, ve en el fortalecimiento del BRICS una oportunidad para
avanzar hacia un equilibrio global más justo y equitativo.

Los acuerdos alcanzados son un paso firme en esa dirección, demostrando que
existe una alternativa real a la imposición unilateral y a la coerción económica. El
camino no será fácil, pero la convergencia de voluntades en torno a principios de
respeto y cooperación es la única vía para garantizar la paz y el desarrollo en un
siglo XXI cada vez más complejo.

La IA en la agenda del BRICS

Paralelamente, la «Declaración sobre Gobernanza de la Inteligencia Artificial»
demuestra la visión de futuro del BRICS. Reconocer el potencial de la IA para
impulsar la innovación y mejorar la vida de las personas, al mismo tiempo que se
enfatiza la necesidad de una gobernanza ética y equitativa, es fundamental.

Este abordaje contrasta con la visión occidental, a menudo dominada por
intereses corporativos y de seguridad nacional, que tiende a monopolizar y
militarizar las nuevas tecnologías.

La propuesta del BRICS es una invitación a un desarrollo tecnológico inclusivo,
donde los beneficios de esta herramienta sean compartidos globalmente y no se
conviertan en otra herramienta de dominación. Un mundo pluripolar es, lugar a
dudas, el camino más digno y justo para las generaciones futuras.

Francisco Fonseca. Abogado y político.

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