Bolívar al desnudo – Últimas Noticias
La inmensidad de la figura de Simón Bolívar comenzó a manifestarse en todos los ámbitos culturales desde los días de su propia existencia. Dibujos, grabados, efigies en monedas, platos, trofeos y expresiones iconográficas en espacios públicos. Uno de los primeros imagineros del Libertador fue el artista italiano Pietro Tenerani. Los primeros bustos están en Popayán, Bogotá y Caracas.
En 1945 el escultor español Victorio Macho (1887-1966) concibió el monumento más alto que alguna vez se erigiera al Libertador. Pero el proyecto quedó en maqueta de yeso que se exhibe en el Museo Bolivariano de Pueblo Libre, Lima. A caballo brioso, espada en mano y antorcha en la otra, Bolívar, cual semidiós, se proyecta desnudo al espacio, pero vestido por el viento que hace ondular la capa del hombro y la llama de la tizona. Tendría una altura de 70 m. Estaba pensada para ser plantada en la cima del parque El Calvario en sustitución del Colón que Crespo había situado en 1894. Del proyecto de Macho, se vaciaron solo 5 copias del busto (de ahí las simetrías) en el marco del bicentenario del nacimiento de Bolívar, el cual una de ellas está en la plaza Caracas. Otro derrotero similar transitaría uno de las aspiraciones más anheladas del escultor venezolano Alejandro Colina: Bolívar en el Ávila o Hipogeo del Ávila (1947) y que pensó colocarlo en la Silla de Caracas, un Bolívar desnudo de 55 m, modelo exhibido en la toma de posesión de Rómulo Gallegos y que desató polémica en su tiempo.
Aunque hay un Bolívar desnudo que pasa inadvertido y está en la capilla de los Bolívar en la catedral caraqueña. En 1949 la junta militar de Gobierno dispuso la construcción de un monumento funerario que honrara la memoria de los padres y la esposa del Libertador.
Acabada en 1952 por Victorio Macho, se cumplía así el deseo del propio Bolívar, quien, en 1827, en su última y triunfal visita a Caracas, solicitaba al cabildo catedralicio la erección de un sepulcro para sus afectos. A los pies de las tumbas yacentes, a medio arrodillar, surge un expresivo desnudo en bronce, una figura en dramática actitud con los brazos tendidos sobre el túmulo que simboliza al espíritu del magno prócer y que pudo sortear la censura pacata de la época.
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