‘Blue Moon’ es una exquisita pieza de cámara que reúne a una pareja cinematográfica esencial. Ethan Hawke está de nominación al Oscar volviendo con su director fetiche
Las estrellas son algo a lo que Hollywood se agarra para poder vender sus producciones, especialmente aquellas que puede moldear a su gusto mientras mantengan rasgos y presencia atractivos. Ethan Hawke siempre fue un rara avis en ese aspecto, porque innegablemente tiene esas cualidades pero también su personaje tipo tiene algo no especialmente popular: refinado, snob incluso, con claras tendencias a la sensibilidad artística e intelectual y deseoso de ser apreciado por su inconformismo.
Fue algo que encajó de maravilla cuando la generación X y su descontento eran algo que se podían colar en el cine mainstream, porque Hawke lo encapsulaba y lo hacía atractivo. Como actor acabó persiguiendo muchos autores que no eran especialmente masivos, pero le permitían desarrollar ese lado estimulante de ser intérprete. Un lado que está cada vez más relegado a un nicho conforme la película media americana ha ido desapareciendo, algo que ha afectado a uno de sus mejores socios históricos: Richard Linklater.
Contenido
Balada triste lejos de Oklahoma
https://www.youtube.com/watch?v=HQXXwZdZtHk
Pero ambos no atienden al desaliento y siguen encontrando momentos para volver juntos y contar historias que atraen a ambos de una manera que les caracteriza. ‘Blue Moon’ es su esperado retorno conjunto, creando una pieza de cámara íntima para contar la historia del aclamado escritor Lorenz Hart y sus anhelos vitales y artísticos previos a su muerte. Una fiesta agridulce a la que están invitados unos espléndidos Andrew Scott y Margaret Qualley en roles secundarios.
La acción tiene lugar siete meses antes de la muerte de Hart, anunciada debidamente al inicio para dar un pequeño amargor prematuro a la historia. Es la noche del 31 de marzo de 1943, memorable para Broadway por el estreno del musical ¡Oklahoma!, donde el previo colaborador fiel de Hart, Richard Rodgers, disfruta del éxito que ha creado con un nuevo socio, Oscar Hammerstein. Lorenz intenta poner buena cara ante los sapos que le tocan tragar dicha noche mientras se va dando a la bebida que le ha provocado tanta inestabilidad como confort ante su soledad.
Lorenz no sólo tiene que soportar ver cómo su antiguo socio brilla sin él, sino que lo hace con una obra que considera pobre y populista aunque profundamente inofensiva. Su pequeño confort, aparte de en los pequeños tragos que ruega al camarero que está dispuesto a escuchar sus penas, está en anhelar la atención de la joven y prometedora Elizabeth Weiland, una creación de la película para representar las querencias de Hart por la belleza y lo intelectual aunque no siempre le correspondan.
‘Blue Moon’: melancolía intelectual


Esas ambivalencias entre lo creativo y el enriquecimiento profesional son una de las varias ideas que Linklater explora en una ‘Blue Moon’ que no se compromete con nada en concreto, aunque no lo necesita. Aquí vuelve a desarrollar esa exquisita manera de crear una quedada espléndida con un grupo de personajes que comentan la vida con honestidad y, en este caso, un pequeño toque de melancolía además de pretensión. Su manera de llevar a sus interpretes a hacer naturales los diálogos hace muy digerible el guion de Robert Kaplow. Todo ello arroja una sensación de “gozo no sentimental”, como exclama Hart en cierto punto hablando de lo que quiere hacer.
‘Blue Moon’ es una experiencia de poco más de hora y media en la que es apetecible estar, si bien a veces no trasciende su propio empequeñecimiento (no, no es referencia a la estatura de Hart o cómo su interprete se coloca para caracterizarlo). Su toque taciturno aterriza gracias a un Hawke inspiradísimo, que sabe llevar los aspavientos del personaje sin que sea estridente en ningún momento, conectándolo a su propia inquietud por la elevación del arte y, ahora, cierta sensación de ser un perrito abandonado por una industria donde siempre fue apreciado como si fuera de color verde. Está sonando ahora mismo para una posible nominación al Oscar y, francamente, no sería mal reconocimiento a su buen trabajo, no solo en esta película sino en toda su carrera.
En Espinof | Las mejores películas de 2025
En Espinof | Las mejores películas de drama en streaming


