Banca Sombra – Últimas Noticias
La banca sombra (Shadow Banking), también conocidas como empresas
financieras no bancarias (Non-Banking Financial Company – NBFC), es un término
referido a la actividad de intermediación financiera que ocurre fuera del sistema
bancario formal tradicional, y que no es regulado, ofreciendo servicios de
intermediación similares a los bancos, como la creación de crédito, pero sin la
supervisión y monitoreo de los organismos y autoridades supervisoras y
reguladoras.
La banca sombra incluye entidades como fondos de cobertura y compañías
financieras, y su crecimiento, que se acentuó tras la crisis financiera global del año
2008, presenta riesgos para la estabilidad financiera mundial debido a la opacidad
o falta de transparencia y regulación.
Sin embargo, el crecimiento tecnológico, la búsqueda de rentabilidad en contextos
de bajas tasas de interés y el «arbitraje regulatorio» (que estimula ciertas prácticas
fuera del sistema bancario para sortear regulaciones más estrictas), han
favorecido el crecimiento de la banca sombra.
El término banca sombra no tiene una connotación de ilegalidad, más bien se
refiere a la falta de transparencia de sus actividades y una menor, en algunos
casos ausentes, regulación y supervisión en comparación con el sistema bancario
convencional.
La banca sombra ejerce intermediación financiera no bancaria, relacionando a
inversores con prestatarios, viabilizando el flujo de dinero y la creación de
crédito.
Como se mencionó anteriormente, su funcionamiento está fuera de las
regulaciones y supervisión de los organismos reguladores y supervisores del
sistema financiero de los países donde opera. Por lo tanto, ante una inestabilidad
sistémica, su falta de supervisión y la interconexión con el sistema bancario
regulado pueden exponenciar riesgos, originando dificultades de liquidez o
solvencia.
A diferencia de los bancos tradicionales, las entidades de la banca sombra no
captan depósitos directamente de los actores y agentes económicos que hacen
vida en las economías donde operan y, por lo tanto, no están sujetas a la misma
supervisión regulatoria y mecanismos de cobertura de riesgos financieros y
rescate. Por lo tanto, la opacidad y la ausencia de mecanismos claramente
definidos para el rescate monetario dificultan la capacidad de las autoridades de
las economías donde opera, para prever y mitigar crisis financieras.
Entre las entidades involucradas, se incluyen: Fondos de Bonos, Cajas de
Ahorro, Fondos del Mercado Monetario, Compañías de Préstamos Hipotecarios,
Compañías Financieras, Fondos de Cobertura (Hedge Funds), Fondos de Capital
Privado (Private Equity), Compañías de Seguros/Reaseguros, Vehículos de
Inversión Estructurada (Structured Investment Vihicle – SIV), Banca de Inversión,
Entidades de Financiación de la economía real (P2P) y Plataformas de
Financiamiento colectivo (crowdfunding).
En el año 2007, el economista Paul McCulley, para entonces director gerente de
Pacific Investment Management Co. LLC (PIMCO), denominó esas entidades
como «bancos paralelos», para describir la creciente matriz de instituciones que
contribuía al entonces ecosistema de préstamos fáciles, lo que a su vez condujo
al colapso de las hipotecas subprime, y la posterior crisis financiera del año 2008.
Ejemplo de ello fueron los bancos de inversión Lehman Brothers y Bear Stearns
dos de las NBFC más famosas en el epicentro de la referida crisis financiera.
No obstante, pese a los riesgos que involucra, la banca sombra se ha vuelto
esencial para el sistema financiero de algunas economías, agenciando crédito a
empresas y particulares que no pueden acceder a la banca tradicional.
