19 octubre, 2025

Datos ÚN: 55% opina que la comunidad LGBTIQ+ tiene hoy más libertad para expresarse

Datos ÚN: 55% opina que la comunidad LGBTIQ+ tiene hoy más libertad para expresarse

En la madrugada del 28 de junio de 1969 cientos de personas que estaban en el bar Stonewall Inn, en el barrio Greenwich Village de Nueva York, protagonizaron una gran revuelta contra el abuso policial en medio de una redada que se volvió especialmente abusiva y violenta. Se trata de un hecho histórico, los disturbios de Stonewall son reconocidos como un hito de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos y en el mundo. Las personas que se rebelaron y dijeron basta a años de violencia continuada eran homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgéneros. La policía arremetía habitualmente contra ellos por el simple hecho de expresar su identidad de género y su orientación sexual. Por eso cada 28 de junio se celebra mundialmente la Marcha del Orgullo LGBTIQ+. Y más aún, todos los meses de junio se toman como el Mes del Orgullo, para desarrollar una agenda de activismo en favor de los derechos de todas las personas a ser, expresarse y vivir como son.

LGBTIQ+ son las siglas por las que se identifica las personas lesbianas, gays, bisexuales, intersexuales, transgéneros, queer y otras identidades utilizadas para expresar la diversidad en la identidad de género y la orientación sexual. Los movimientos defensores de los derechos de la comunidad sexo género diversa tienen un largo historial de lucha contra la discriminación y en las últimas décadas han logrado importantes avances en muchas partes del mundo, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el cambio de identidad, la adopción monoparental, entre otros. Pero lo más importante quizás es que esta lucha ha logrado posicionarse como uno de los grandes temas que circulan en el discurso común, los derechos de las personas sexo género diversas se están convirtiendo en cultura.

O al menos es lo que se puede percibir. Ahora hay más tolerancia que hace algunas décadas.  Aunque también durante los últimos años ha surgido una suerte de reacción contra este movimiento. Hay un discurso antiderechos que ataca directamente a la diversidad sexual y habla de una supuesta “ideología de género”, una especie de “fantasma”, como explica la filósofa argentino-venezolana Alba Carosio, con el cual pretenden sembrar la idea de que reconocer los derechos de la comunidad LGBTQI+ y promover la igualdad de género supone una amenaza para los valores tradicionales y “la familia”, como si reconocer y afirmar los derechos de unos implicara desconocer los de otros.

Se trata de un tema de primer orden en la opinión pública occidental actual.

En este contexto, y a propósito del Mes del Orgullo, en Datos ÚN nos propusimos explorar entre nuestra audiencia cuál es la percepción de la situación de respeto de los derechos de las personas LGBTIQ+. Publicamos una encuesta en nuestro portal web y redes sociales y obtuvimos la participación de 435 personas. Estos fueron los resultados:

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Una comunidad importante

Lo primero que preguntamos en nuestra encuesta es cómo se identificaban los participantes en cuanto a identidad de género. 71% se identificó como hombre y 28% lo hizo como mujer. Solo 0,22% afirmó identificarse como “no binario”.

Pero una cosa es la identidad de género y otra es la orientación sexual. Aquí pudimos ver la realidad de la diversidad de la audiencia que participó en el sondeo.

Tenemos que 7,59% se identifica como homosexual, 1,38% como bisexual, 1,15% dijo tener sexualidad fluida. Otro 1% se repartió entre lesbiana, pansexual y queer. 3,22% dijo identificarse con “otra” expresión que no estaba en nuestra lista. 85% dijo reconocerse como heterosexual y ninguno de los participantes se identificó como transexual.

Hay que aclarar aquí que estos resultados no pretenden reflejar la conformación de la identidad sexual o de género del país ni de ningún territorio. Se trata de un sondeo no probabilístico realizado a nuestra audiencia y cuyos resultados se limitan a quienes participaron en esta encuesta.

Cuando agrupamos todas las orientaciones distintas a “heterosexual”, obtuvimos que 14,7% de los participantes se ubica en lo que podemos llamar comunidad sexodiversa. Estamos hablando de casi una sexta parte.

La discriminación está presente

Seguidamente, preguntamos sobre su percepción de la discriminación por razones de identidad de género y orientación sexual en Venezuela. Más de la mitad, el 55,63%, respondió que sí existe discriminación, mientras 44,37% lo niega.

Pedimos a los participantes que pusieran una nota numérica al nivel de discriminación por razones de identidad sexual y orientación de género que perciben que hay en Venezuela y la distribución revela que un segmento importante de casi un tercio la ubica en un punto medio. 30,34% le puso una nota de 3 en una escala del 1 al 5.

Sin embargo, obtuvimos un dato bastante interesante en nuestra siguiente pregunta, ya que la misma contribuye a concretar más la percepción de la discriminación. 18,62% de los participantes de nuestro sondeo afirma haber sido víctima de discriminación por razones de identidad de género u orientación sexual en algún momento de su vida.

Hay que hacer notar aquí que la cifra de personas, entre los participantes de nuestra encuesta, que afirman haber sido víctimas de discriminación por razones de orientación sexual o identidad de género es superior al segmento de la misma población encuestada que se identifica como “no heterosexual” o miembro de la comunidad sexodiversa (18,6% – 14,7%). Esto puede indicar que casi 4% de quienes respondieron nuestra encuesta puede no haber entendido la pregunta o no reconocer con precisión de qué estamos hablando cuando hablamos de discriminación por razones de identidad de género y orientación sexual.

Hemos avanzado, pero todavía falta

Hay buenas noticias. La mayoría de quienes respondieron nuestra encuesta percibe que la discriminación contra la comunidad sexo género diversa ha disminuido durante los últimos 10 años.

De hecho, también la mayoría está de acuerdo con que las personas sexodiversas gozan actualmente de mayor libertad para expresar su orientación sexual e identidad de género que hace 10 años.

35,34% dijo estar de acuerdo con esa afirmación y 15,2% está “muy de acuerdo”, para un total de 50,54% de opinión positiva. 28,32% afirma no estar ni de acuerdo ni en desacuerdo. Mientras tanto, 11,36% respondió que no está de acuerdo con la afirmación y 9,79% manifestó estar “muy en desacuerdo”. En total, la valoración negativa llegó a 21,15%.

Más adelante en nuestro sondeo, requerimos de los participantes que calificaran el respeto a la diversidad sexual y de género en su entorno familiar y en su comunidad. Se pueden apreciar interesantes diferencias.

Cuando hablamos de la familia, 53,1% percibe el entorno como “muy respetuoso” de la diversidad. 38,62% lo percibe como “más o menos respetuoso” y 8,28% lo asume como “poco respetuoso”.  

En el caso de la comunidad la percepción cambia. Los que respondieron que su comunidad es “muy respetuosa” con la diversidad sexual y de género llegan a 25,98%. La mayoría aquí optó por ubicarse en el centro: 58,85% dijo que su comunidad es “más o menos respetuosa”. Por último, 15,17% percibe a su comunidad como “poco respetuosa” de los derechos de la sexo género diversidad.

Quienes contestaron nuestro sondeo son conscientes de la necesidad de promover el respeto a la diversidad y a los derechos de las personas de la comunidad LGBTIQ+. Hace falta hacer más. A la pregunta sobre si debe haber mayor promoción del respeto a las personas sexo género diversas, una mayoría de 55,4% contestó que sí, mientras 13,11% estuvo indeciso y 31,49% respondió negativamente.

Nuestra intención aquí ha sido aproximarnos a una imagen de la situación actual del respeto a los derechos de las personas LGBTIQ+. De acuerdo a nuestros resultados, hay un buen nivel de consciencia de que la discriminación contra la diversidad sexual y de género es real y, más importante aún, de que es necesario incrementar la difusión de mensajes y la propagación del discurso que promueva la ampliación de los derechos de la sexo género diversidad como una agenda que no atenta contra nadie sino que, al contrario, busca que todos los derechos sean realmente para todas y todos.

La tarea está clara, como lo dijo la filósofa y activista feminista Alba Carosio en una entrevista reciente acerca de la discriminación y los discursos antiderechos:

“A mi juicio se puede enfrentar con educación y con el ser muy claros en el mensaje. Con explicar y mostrar que el hecho de que haya derechos para la comunidad LGBT no significa que se les quiten derechos a las personas heterosexuales. Una cosa no excluye a la otra, en todo caso, los derechos se amplían, y no porque se amplíen derechos a un grupo, se les restringen a otros. Esto es algo sumamente importante y definitivo para que las comunidades puedan luchar contra ese odio”.



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