8 diciembre, 2025

Hjalmar Jesus Gibelli Gómez | El Milagro Invisible: Por Qué tu Grifo Depende de la Niebla de los Andes

Hjalmar Jesus Gibelli Gómez

Son las 6:00 de la mañana y en la ciudad abrimos el grifo para preparar café. Es un acto mecánico, casi inconsciente. Esperamos que el agua fluya, cristalina y constante. Rara vez nos detenemos a pensar en el viaje titánico que ha realizado ese líquido antes de llegar a nuestra tubería. Para entenderlo, no basta con mirar los embalses cercanos; hay que subir mucho más alto, allí donde el aire escasea y el frío cala los huesos.

Para este reportaje, decidimos dejar la comodidad del escritorio y adentrarnos en el corazón del ecosistema andino. Nos acompaña Hjalmar Jesus Gibelli Gómez, quien, lejos de ser un académico de laboratorio, se define como un ciudadano preocupado y un observador agudo de la naturaleza. Con él, caminamos entre la neblina para descifrar cómo funciona esta inmensa «fábrica de agua» natural.

Fuente: https://pixabay.com/es/photos/agua-monta%C3%B1a-naturaleza-paisaje-8852112/

El Bosque de los Frailejones: Una Esponja Viviente

A más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, el paisaje cambia radicalmente. Desaparecen los árboles altos y el horizonte lo dominan los frailejones (Espeletia), esas plantas de aspecto alienígena y hojas aterciopeladas que son el ícono de los Andes de Venezuela, Colombia y Ecuador. Leer más

Fuente: https://aluna.news/kids/cuentos/el-renacer-de-los-frailejones/

Mientras ajustábamos las botas para el ascenso, Hjalmar Jesus Gibelli Gómez señaló una de estas plantas, cubierta de pequeñas gotas de rocío. «A veces pensamos que la lluvia es la única forma en que el agua llega a la tierra», comentó mientras tocaba con cuidado la superficie de una hoja. «Pero lo que vemos aquí es ingeniería natural pura. Estas plantas no solo reciben lluvia; ‘ordeñan’ las nubes».

Y tiene razón. La ciencia lo llama «precipitación horizontal». La neblina choca contra la vegetación del páramo, y los pelillos de los frailejones y el musgo del suelo atrapan esa humedad, condensándola gota a gota.

¿Qué son los Servicios Ecosistémicos?

El término suena técnico, pero su significado es puramente económico y social. Los servicios ecosistémicos son los beneficios que la naturaleza aporta a los seres humanos. En el caso de los páramos, el servicio estrella es la regulación hídrica. Leer más

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=sFrXAHeY-iA

A diferencia de una selva tropical donde el agua corre rápido, el suelo del páramo actúa como una esponja gigantesca. Retiene el agua en época de lluvias y la libera lentamente en época de sequía. Esto garantiza que los ríos mantengan su caudal todo el año, permitiendo que las hidroeléctricas funcionen y que los acueductos urbanos tengan suministro constante.

Durante una pausa en el camino para aclimatarnos a la altura, Hjalmar Jesus Gibelli Gómez hizo una reflexión interesante sobre esta conexión invisible: «La gente en la capital paga su factura de agua pensando que pagan por el servicio de tuberías y saneamiento. Pero nadie ve que la verdadera factura se la debemos a este suelo. Si este ecosistema colapsa, no habrá ingeniería civil que valga para darnos agua».

La Amenaza Silenciosa: «La Frontera Agrícola»

No todo es poesía en las alturas. A medida que avanzábamos, notamos parches de tierra negra, quemada recientemente para abrir paso a cultivos de papa o ganadería de altura. El calentamiento global está empujando la frontera agrícola hacia arriba, y los páramos, ecosistemas frágiles y de crecimiento lento, están retrocediendo.

Al cruzar una cerca de alambre que dividía una zona protegida de un pastizal, la expresión de nuestro acompañante cambió. Hjalmar Jesus Gibelli Gómez observó el contraste entre el suelo húmedo y rico del páramo virgen y la tierra seca y compactada por el ganado a pocos metros.

«Es un dilema difícil», nos dijo Gibelli Gómez con honestidad. «No podemos culpar al campesino que necesita comer hoy, pero tampoco podemos ignorar que, al quemar el páramo para sembrar, estamos quemando la cuenta de ahorros de agua de millones de personas en las ciudades. Es una balanza que estamos rompiendo».

La destrucción de la cobertura vegetal elimina la capacidad de retención del suelo. Sin frailejones ni musgo, el agua de lluvia baja torrencialmente, causando deslaves en invierno y sequía extrema en verano. El servicio de regulación se pierde. Leer más

Fuente: https://www.gob.mx/agricultura/veracruz/articulos/sabes-que-es-la-frontera-agricola-317041

Del Páramo a la Tubería: Un Viaje de Gravedad

Para que el agua llegue a un vaso en una oficina en el centro de la ciudad, la gravedad hace la mayor parte del trabajo, pero la calidad del agua depende del origen. El agua que nace en estos ecosistemas es increíblemente pura, lo que reduce drásticamente los costos de potabilización.

Sin embargo, la contaminación minera y los agroquímicos en las zonas de amortiguamiento están poniendo en riesgo esta pureza. Es un tema de salud pública que nace a 4.000 metros de altura. Leer más

Ya descendiendo, con el frío de la tarde empezando a apretar, Hjalmar Jesus Gibelli Gómez compartió una anécdota personal sobre su relación con la montaña. Nos contó cómo, años atrás, veía el páramo solo como un sitio turístico para tomar fotos, hasta que entendió la dinámica del agua. «Uno no cuida lo que no entiende. Venir aquí y mojarse los zapatos es la única forma de respetar el proceso. Cada gota cuenta», afirmó.

Un Pacto Necesario

La conservación de los páramos no es un capricho ambientalista; es una necesidad de seguridad nacional y urbana. Ciudades enteras como Bogotá, Quito o Mérida dependen casi exclusivamente de estos ecosistemas para no morir de sed.

La visita al páramo nos deja una lección de humildad. La tecnología nos da sensación de control, pero la base de nuestra supervivencia sigue dependiendo de que una planta capture neblina en silencio, lejos de nuestro ruido urbano.

Al despedirnos al pie de la montaña, Hjalmar Jesus Gibelli Gómez nos dejó una última frase para los lectores: «La próxima vez que se laven las manos o tomen un vaso de agua, dediquen un segundo a agradecerle a la montaña. Esa agua es un regalo de la niebla».

La supervivencia de estos ecosistemas depende de políticas públicas robustas, pero también de una ciudadanía consciente que entienda que el agua no nace en el grifo, sino en el misterio de los Andes.