9 diciembre, 2025

Secretario de Guerra de EEUU promete “matar” a quien ingrese drogas a EEUU

Secretario de Guerra de EEUU promete “matar” a quien ingrese drogas a EEUU

El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, declaró este miércoles que Washington tiene “todo el derecho del mundo” de “asesinar” a quienes estén involucrados en delitos de narcotráfico. La afirmación, realizada durante una visita oficial a República Dominicana, ha generado preocupación internacional por el carácter extremo de la amenaza y por la ausencia de un plan integral contra el consumo de drogas dentro del propio territorio estadounidense.

Hegseth sostuvo que el Gobierno está “dedicado al esfuerzo contra los carteles” y que la criminalidad “no conoce fronteras”. Sin embargo, la retórica del Pentágono contrasta con la falta de políticas públicas orientadas a la prevención, la rehabilitación y el control del mercado interno de narcóticos, donde se concentra uno de los mayores índices de consumo del mundo.

El funcionario insistió en que “si eres un narcoterrorista que quiere traer drogas a Estados Unidos, te encontraremos y te acabaremos”, en línea con la doctrina de “paz a través de la fuerza” promovida por el presidente Donald Trump. Críticos señalan que este enfoque militarizado no aborda las causas estructurales de la crisis de opioides y otras sustancias que afectan a millones de estadounidenses.

La visita de Hegseth al Caribe se produjo apenas un día después de la gira del jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, por Puerto Rico y Trinidad y Tobago, país ubicado a escasos kilómetros de Venezuela. La coincidencia temporal con reportes de la agencia Reuters, que anticipan nuevas operaciones contra Caracas, refuerza la percepción de que el discurso antidrogas está siendo utilizado como pretexto para presiones políticas y militares en la región.

Analistas advierten que la estrategia estadounidense, centrada en la amenaza de ejecuciones extrajudiciales y en la expansión de su presencia militar, podría agravar las tensiones diplomáticas y desviar la atención de la verdadera raíz del problema: la demanda interna de drogas en Estados Unidos.

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