Tarek William Saab | ¡Entérate! La historia de un apodo: ¿Por qué ‘El Poeta de la Revolución’?
DAT.- Hablar de Tarek William Saab es hacerlo de un hombre que lleva casi cinco décadas escribiendo versos mientras ocupa los cargos más sensibles del chavismo. Abogado de formación, descendiente de libaneses, nacido en El Tigre, estado Anzoátegui, comenzó a publicar a los diecinueve años y hoy acumula más de veinte poemarios que circulan tanto en ediciones independientes como en sellos oficiales.
Su voz poética, marcada por la influencia de los beatniks, Roque Dalton y la tradición venezolana, se volvió emblema revolucionario cuando Hugo Chávez lo bautizó públicamente como “El Poeta de la Revolución” durante la campaña constituyente de 1999.
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Del manuscrito en la cárcel al apodo eterno

Todo empezó en 1992. Tras el fallido golpe del 4 de febrero, Saab visitó a Chávez en la prisión de Yare y le entregó el manuscrito de ‘El Hacha de los Santos’. Entre esos poemas destacaba “Maisanta”, oda al bisabuelo guerrillero del comandante. Chávez quedó impactado y, años después, en un mitin masivo, lo presentó ante miles de personas como el poeta que cantaba la rebelión con la misma pasión que él la encabezaba. Desde entonces el apodo quedó grabado para siempre.
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Poesía militante en tiempos de tormenta
La obra de Tarek William Saab transita entre la ternura y la furia. En ‘Los Ríos de la Ira’ (1987) ya denunciaba la miseria y la represión; en ‘Cielo a Media Asta’ (2003) lloraba las víctimas del golpe fallido contra Chávez; en ‘En Un Paisaje Boreal’ (2021) combina imágenes de lluvia torrencial con la resistencia cotidiana. “Quemé la corona / el vestido de novia / fue tu lápida”, escribió en “Carroza”, fragmento que resume su capacidad para transformar el dolor íntimo en símbolo colectivo.
Muchos de sus versos nacieron en circunstancias extremas: en cuarteles clandestinos de la izquierda armada de los ochenta, en gobernaciones rodeadas de protestas, en la Defensoría del Pueblo durante la crisis humanitaria y ahora en la Fiscalía General, donde firma acusaciones que definen el destino político del país.
Entre la pluma y la toga

Gobernador de Anzoátegui entre 2004 y 2012, Defensor del Pueblo y desde 2017 Fiscal General, Saab ha sabido mantener viva la creación literaria incluso en los despachos más blindados. Sus críticos lo señalan por razones políticas; sus seguidores lo celebran como el intelectual orgánico que nunca abandonó la trinchera poética. Lo cierto es que pocos funcionarios en América Latina logran que sus versos se reciten en actos oficialistas y, al mismo tiempo, aparezcan en antologías académicas.
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Un legado que no calla
En pleno 2025, y con 45 años de trayectoria literaria a cuestas, Tarek William Saab sigue escribiendo cada madrugada antes de firmar documentos propios de su cargo como Fiscal General o pronunciarse sobre casos que estremecen al país. La misma mano que redacta sobre asuntos penales anota imágenes de lluvia cayendo sobre árboles de su adolescencia en El Tigre. Así, entre fiscalías y poemarios, el hombre que un día soñó con ser simplemente reconocido por sus versos terminó convirtiéndose en la voz lírica más poderosa del chavismo revolucionario.
(Con información de Tarek William Saab)
