Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem se la jugaron tanto con la censura en plena posguerra que hoy el Día del Cine Español se dedica a una película irrepetible

El 6 de octubre de 1951, en las calles de Madrid, un director de 30 años y otro de 29 ponían punto y final a su primera película conjunta, sin saber que se iban a convertir en dos maestros del cine. Hoy, 74 años después, aún lo celebramos como uno de los puntos de inflexión de la historia de la cinematografía patria: esa vez que Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga se juntaron para rodar su primera película, la única que hicieron juntos y revueltos. Hoy celebramos el Dïa del Cine Español gracias a una curiosísima cinta que quedaría opacada por el resto de la obra de ambos directores: la maravillosa ‘Esa pareja feliz’.
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¡El jabón Florit patrocina ‘La pareja feliz’!
La película, eso sí, no llegaría a estrenarse hasta dos años después, el 31 de agosto de 1953 (fue considerada de «segunda categoría» por parte de la Junta de Clasificación, y la condenaron al ostracismo). No fue por problemas con la censura, a pesar de tratarse de una de las críticas más ácidas del momento hacia el régimen de Franco. De hecho, en su plano final vemos una calle María de Molina con un pobre en cada banco, una realidad de lo que por aquel entonces, bajo el yugo del franquismo y con un cine más propagandístico, apenas se hablaba, pero que era acuciante.
No fue, desde luego, la única crítica que Berlanga y Bardem consiguieron colar durante el metraje (ese trabajador de las pompas fúnebres incitándoles a comprar una ataúd para irse preparando), pero la película no es tan guerrillera como lo serían después maravillas como ‘¡Bienvenido, Mister Marshall!’, ‘El verdugo’ o ‘Calle mayor’. Ambos directores prefirieron centrarse en la parte más sentimental de la historia de Juan y Carmen: él quiere hacerse millonario y subir como sea en la escala social, pero a ella le basta con estar a su lado. Sí, es un argumento más naíf de lo esperado para estos dos directores, pero al fin y al cabo era su primera película en un ambiente nada propicio para la valentía.
‘Esa pareja feliz’, originalmente, se concibió como un tremendo drama, y si miras la película desde ese prisma aún se puede considerar como tal: la pareja que comparte habitación con derecho a cocina, las 24 horas de lujos que les ofrecen (como prueba de una vida que nunca tendrán), la imposibilidad de subir en la escalera social… Sin embargo, el combo de directores decidió convertirla, en tan solo un año, en una tragicomedia que hacía más fácil que los censores se tragaran el mensaje.
Bardem y Berlanga, ¡muy buena mandanga!
Por supuesto, como buena obra primeriza, hacia el final la película renquea y no tiene muy claro su objetivo, pero para cuando llegamos allí ya nos ha regalado un buen puñado de planos icónicos que aún ahora son historia pura en imágenes. Sorprende, aún ahora, ver un cine tan social a inicios de los años 50: la «pareja feliz» (interpretada gloriosamente por Fernando Fernán-Gómez y Elvira Quintilla) no tiene manera de llegar a fin de mes, no puede tener un piso propio, no puede hacer frente a las facturas ni mucho menos ahorrar. Habían pasado tan solo 12 años desde el final de la guerra y este tipo de mensajes, alejados del NO-DO y el panfleto, resultaban prácticamente inéditos.
Lo sabemos ahora, pero en el momento estuvo a punto de quedarse metida en una lata en algún sótano. Puede que sin el éxito en Cannes de ‘¡Bienvenido, Mister Marshall!’ (crítico y de público, pero sin premios) ni siquiera hubiéramos visto el estreno en cines de ‘Esa pareja feliz’. Por aquel entonces, los distribuidores no querían meterse en líos y, en palabras del propio Berlanga, les pareció «simpática, pero poco comercial». Al final, y después de que ‘¡Bienvenido, Mister Marshall!’ diera visibilidad internacional a un cine español enclaustrado en sí mismo, acabó incluso proyectándose en Cannes, en un pase al que fueron estrellas como Walt Disney y Gary Cooper, que abrieron una pequeña ventana a la realidad de ese país que tanto salió en las noticias unos años atrás.
Si estás haciendo un repaso muy -pero muy- breve de la historia de nuestro cine, puede que ‘Esa pareja feliz’ no aparezca en tu lista. Es más: puede, incluso, que quede tapada por otras obras de la época como ‘Surcos’. Pero, más allá de ser la excusa para celebrar el Día del Cine Español, merece otro tipo de reconocimiento: es una película valiente y única disfrazada de «simpatía» que se atrevió a driblar a la censura en una época donde este tipo de vaciles no estaban bien entendidos.
Bardem y Berlanga tenían dos maneras distintas de entender el cine, y, por lo que se cuenta, el rodaje estuvo plagado de enfrentamientos entre ambos, entre el neorrealismo de uno y la sátira rozando el sainete del otro. La mezcla funciona (aunque es imperfecta, porque al fin y al cabo eran inexpertos), pero quizá no de la manera en que se anunciaba su publicidad un año antes del estreno: «El film de la simpatía, gracia viva, humorística, especialmente humana, alegremente española, entroncada con René Clair y con Arniches». Cosas de los años 50. Sea como sea, si no habéis tenido la suerte de verla, hoy es el momento de hacerlo. La tenéis en Flixolé, así que no hay excusa posible para celebrar este día como es debido. Con o sin el patrocinio de Florit.
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