Ralph Gonsalves: «la barbarie no puede ser una norma»

Durante la clausura de la Conferencia Internacional «Colonialismo, Neocolonialismo y los Despojos», celebrada en Caracas, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, se erigió como una voz de conciencia y dignidad frente a las graves violaciones de derechos humanos perpetradas por el Gobierno de Israel en Gaza y Cisjordania.
Con una postura firme y profundamente ética, Gonsalves denunció lo que calificó como «violaciones flagrantes» contra la población palestina, señalando que «el nivel de barbarie que estamos experimentando y la actividad desproporcionada realizada por el Gobierno de Israel en contra de hombres, mujeres y niños inocentes, es inaceptable».
El líder caribeño no solo condenó los hechos, sino que los enmarcó como manifestaciones contemporáneas del neocolonialismo. «Lo que se vive actualmente son las expresiones más neocolonialistas en Palestina», afirmó, destacando la contradicción entre estas acciones y los valores históricos del pueblo israelí. «Me cuesta creer que la mayoría del pueblo israelí apoye este nivel de barbarie. Es un pueblo históricamente infundido por los valores humanos del judaísmo, de donde han emanado las creencias cristianas: un modelo de amor, de fe y de esperanza».
Gonsalves, con la dignidad que caracteriza su liderazgo, hizo un llamado urgente a la paz y a la cooperación global, subrayando que la paz no debe entenderse únicamente como la ausencia de guerra entre Estados, sino como un compromiso activo y sostenido por la justicia y la convivencia. «Si no actuamos en armonía entre nosotros para lidiar con los problemas mundiales que hoy confrontamos, vamos a tener un mundo horrendo», advirtió.
En su discurso, el primer ministro reafirmó su compromiso con la resistencia frente al colonialismo y el neocolonialismo, recordando que, aunque la lucha ha sido ardua, el amor por la libertad sigue vivo en los pueblos. «Estas virtudes elementales nunca se van a extinguir, aún cuando históricamente los poderosos siempre han chocado con estos principios esenciales para erradicarlos».
La intervención de Gonsalves se convirtió en un llamado moral a la comunidad internacional, una defensa valiente de los derechos humanos y una reafirmación de los valores que deben guiar a las naciones en tiempos de crisis. Su postura digna y valiente resuena como ejemplo de liderazgo ético en un mundo que clama por justicia.