Diplomacia de cañones – Últimas Noticias

La diplomacia de cañones, típica de las potencias en el siglo XIX para imponer sus intereses comerciales y políticos, fue empleada sobre Venezuela varias veces. Sin embargo, la historiografía nacional ha dado mucho hincapié al bloqueo naval de 1902 por la cobertura mediática y el impacto que generó en el continente al punto de crearse la llamada Doctrina Drago. Fuera de eso es poco lo que se sabe sobre este tipo de diplomacia coercitiva en la historia de Venezuela.
En 1852 durante la presidencia de José Gregorio Monagas el encargado de negocios británico Belford H Wilson, el viejo edecán de Bolívar, exigió que el país se responsabilizara de las deudas e indemnizara a los súbditos británicos; recordemos que el Banco Colonial Británico en Caracas era el principal acreedor. Esto a causa de la promulgación de la ley de beneficio y espera en 1849 que resultaba más favorable a los deudores al obtener una prórroga de pago con la resolución de jueces. La medida alarmó a los comerciantes extranjeros, quienes a través de los diplomáticos y cónsules protestaron por esta nueva ley que daba moratoria a las deudas. Frente a la negativa del Estado venezolano de asumir las deudas privadas, el comandante de la escuadra británica del Caribe, Lord Cochrane, el mismo que colaboró con San Martín para la independencia de Perú, amenazó con bloquear los principales puertos del país. Al final, Monagas cedió y compensó a los acreedores británicos con bonos del Estado. Después, los estadounidenses, españoles, holandeses y franceses también protestaron y tuvieron igual trato. De esta manera, el país hizo suya la deuda de particulares.
En 1856 el reino de los Países Bajos aprovechó los motines antiholandeses en Coro para mandar un ultimátum, bloquear La Guaira y reclamar la soberanía de isla de Aves. El asunto se resolvió por arbitraje que falló a favor de Venezuela en 1865.
En agosto de 1858 Gran Bretaña y Francia bloquearon navalmente para hacer valer el Protocolo Urrutia, el cual daba garantía de exilio al derrocado José Tadeo Monagas. El conflicto terminó con la salida del expresidente pero los daños económicos para el país fueron severos, pues el comercio de La Guaira y Puerto Cabello estuvo detenido.