No le interesaba a nadie

Han pasado ya quince días desde que dijimos adiós a Robert Redford, que falleció el pasado 16 de septiembre a los 89 años. Su legado como actor, director y fundador del Festival de Sundance ha dejado una huella imborrable, y mientras muchos volvemos a disfrutar de grandes clásicos como ‘Dos hombres y un destino‘ (1969), ‘El golpe‘ (1973) o ‘Todos los hombres del presidente‘ (1976), también conviene recordar la que fue una de sus mejores obras como director. Estoy hablando de ‘Gente corriente‘, la película con la que debutó como director en 1980 y que le valió un Oscar.
Una familia completamente normal
En el centro de este drama se encuentra la familia Jarrett, formada por Calvin (Donald Sutherland), Beth (Mary Tyler Moore) y Conrad (Timothy Hutton). Todo parece ir bien hasta que la muerte del hijo mayor, Buck, en un accidente náutico, y el intento de suicidio de Conrad sacuden los cimientos familiares. Mientras el padre busca cercanía y comprensión, la madre reprime su dolor y se refugia en las apariencias. Conrad, en cambio, se enfrenta a una batalla personal marcada por la culpa, en la que el Dr. Berger (Judd Hirsch) se convierte en su principal apoyo.
Estrenada en 1981, ‘Gente corriente’ (también conocida por su título en inglés ‘Ordinary People’) lo tenía todo más bien en contra, pero acabó convirtiéndose en un fenómeno inesperado. Con un presupuesto de apenas 6,2 millones de dólares, recaudó más de 90 millones y conquistó a la crítica, y con el tiempo ha permanecido en un rincón de la memoria colectiva, aunque la hayan eclipsado otros títulos más populares del actor y director
La película arrasó en los Premios Oscar de 1981, imponiéndose a gigantes como ‘Toro salvaje‘ o ‘El hombre elefante‘ y se llevó hasta cuatro estatuillas, incluyendo las de Mejor película, Mejor dirección para Redford, Mejor guion adaptado para Alvin Sargent y Mejor actor de reparto para Timothy Hutton.
El propio Redford recordaba en una entrevista con The Rolling Stone lo difícil que fue sacar adelante el proyecto:
«[La película] fue rechazada por muchos. Entonces Barry Diller, que estaba en Paramount por aquel entonces, me dijo: ‘Adelante’. Fue muy sincero. Y me dejaron en paz. Era una película pequeña, de solo seis millones de dólares. A nadie le interesaba. Y finalmente, se acabó estrenando»