23 septiembre, 2025

Puede que de Intervisión 2025 no salga el próximo «Espresso Macchiato», pero respira algo que Eurovisión perdió hace tiempo: autenticidad

Puede que de Intervisión 2025 no salga el próximo "Espresso Macchiato", pero respira algo que Eurovisión perdió hace tiempo: autenticidad


No soy yo un experto en el campo de la geopolítica, pero estoy seguro que la mera existencia/resurrección de Intervisión es fascinante en este sentido. Está claro que el baneo de Rusia de Eurovisión desde la guerra de Ucrania es el principal motivo por el que se ha revitalizado un certamen de origen soviético. Ante ese y otros aislamientos (en lo deportivo, por ejemplo) la propuesta global del certamen es todo un puñetazo en la mesa que le quiere mostrar al mundo (más en concreto, «occidente») que no están solos.

«Destruye el mito del aislamiento de Rusia», declaró para la agencia rusa Tass el diputado y candidato presidencial Leonid Stluski. Y, para ello, han recurrido al grupo de países conocido como BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Etiopia, Indonesia (que no ha participado), Irán (tampoco) y los Emiratos Árabes Unidos y, a partir de ahí, han ido recibiendo peticiones para participar como Cuba, Venezuela, Bielorrusia, Vietnam, e incluso Estados Unidos.

Un total de 23 países con solo una baja de última hora por, dicen, presiones gubernamentales. Apenas días antes de que se encendiera un abarrotado Live Arena de Novoivanovskoye se anunciaba la retirada de Vassy, representante de última hora (Brandon Howard se tuvo que retirar por motivos personales) de Estados Unidos y ciudadana tanto estadounidense como australiana debido a «una presión política sin precedentes del Gobierno de Australia», según comunicó la organización.

Rusia, qué grande eres

Putin Intervision
Putin Intervision

Vladimir Putin recibiendo a los espectadores

Si bien el gobierno ruso ha negado las intenciones propagandísticas («Lo que hacemos es diametralmente lo opuesto», declaraba en rueda de prensa el ministro de exteriores Sergey Lavrov), el que nada más comenzar la gala tengamos un vídeo del presidente Vladimir Putin insinúa lo contrario. No tanto por el (correcto, institucional) mensaje sino por la imagen.

Más allá de lo propagandístico (Rusia, qué grande eres) y politiqueo (no podemos fingir que en Eurovisión no hay de esto), la gala de Intervision 2025 no reinventa la rueda en cuanto a lo que viene siendo un festival de música para televisión… pero sí que ofrece algo con lo que podría tomar nota la UER: más espectáculo e incluso un toque mucho menos frío en lo que se van pasando de país a país.

Por un lado, la presentación de participantes es visualmente atractivo y llamativo, con esas proyecciones gigantescas de avatares representantes de cada país. Por otro, tenemos un cuarteto de presentadores —Alexey Vorobyov y Aida Garifullina (Rusia), Meng Lei (China) y Stefy Patel (India)— bastante presentes a lo largo de toda la gala, presentando y elogiando cada actuación y con numerosas entrevistas a los distintos participantes entre pase y pase.

Evidentemente, con mi nivel 15 de ruso en Duolingo poco puedo comentar al respecto (a veces coincide que alguien habla en español o inglés pero lamentablemente vi la señal internacional «a pelo») pero esto ya se separa del modo automático en el que se suceden las actuaciones de Eurovisión, con la que apenas hay diferencia entre ver el directo y ponerse la playlist de Youtube de todas las actuaciones.

Puede que de Intervisión 2025 no salga el próximo hit que escucharemos en todas partes (como el Espresso Macchiato estonio), pero se respira algo que hace mucho tiempo perdió Eurovisión: autenticidad. Donde el certamen europeo está poblado de singles tan intercambiables como prefabricados, la mucho mayor mezcla de culturas del concurso ruso ofrece una riqueza hace tiempo perdida.

Lo que no quiere decir que no tengamos un poco de todo. Hay canciones más folcloricas y otras, digamos, más relativamente convencionales. Esto también en cuanto a calidad y entereza de la propuesta. Actuaciones como la de Colombia (En los Manglares, por Nidia Góngora) me parecieron fabulosas y otras, como la de Sudáfrica (Home, por Mzansi Jikelele), un cuadro. 

Intervision Ganador
Intervision Ganador

Si bien por lo general ha sido una gala entretenida, a Intervisión le queda algo de camino y cosas que corregir o plantearlas de forma diferente. Mismamente el momento del veredicto de los distintos jurados tenía no solo una realización extraña sino, también, la cámara captaba alguna que otra mirada sospechosamente perpleja en lo que Vietnam se hacía con el triunfo.

Más allá de eso, la verdad es que como espectáculo televisivo y musical, si logran captar un fandom tan entregado como el de Eurovisión, podemos encontrarnos con algo muy grande. De momento, si nos fiamos de los datos oficiales, estamos hablando de que tuvo 4000 millones de espectadores. Todo apunta a que Intervisión ha venido para quedarse.

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