12 octubre, 2025

‘Los Tipos Malos 2’ deja claro por qué DreamWorks logra triunfar donde Pixar ya no lo consigue

'Los Tipos Malos 2' deja claro por qué DreamWorks logra triunfar donde Pixar ya no lo consigue


Hace algún tiempo, los estudios de animación intentaban, como fuera, copiar o bien el «estilo Pixar» o bien el «estilo Disney», pero con la sutileza de un martillo pilón. Buscando el éxito fácil, muchas se dejaron llevar por unas historias sin estilo propio ni personalidad más allá de querer ser como ellos mediante la imitación más burda. Por suerte, algo ha ido cambiando poco a poco, y los estudios se han puesto las pilas con una transfusión de nuevos creadores, ideas y estilos de animación totalmente distintos entre sí, desde la locura de ‘Spiderman: Cruzando el multiverso’ hasta el cartoon con aire anime de ‘Las Guerreras K-Pop’. Para sorpresa de todos, Pixar ha ido quedando de manera irremisible en un segundo plano, más allá de franquicias y secuelas, por una sencilla razón: no ha sido capaz de evolucionar y surfear la ola cuando les ha venido.

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Porque hoy prefieres a los tipos malos y a los tipos desenfrenados

Este fin de semana se ha estrenado en España ‘Los tipos malos 2’, la continuación de la saga de DreamWorks que vuelve a ser un viaje visual divertidísimo, loco, extravagante y cartoon en el que no parece haber reglas, con un ritmo frenético que se asemeja más a los mejores cortos de Looney Tunes que a cualquier película de Pixar de los últimos quince años. Siempre hacia delante, siempre más grande, siempre más divertido, siempre con el carisma por las nubes. Sin pedir perdón a nadie o ser la película que no quiere ser.

El contraste entre una película tan aparentemente libre y anárquica como ‘Los tipos malos 2’ y una tan encorsetada y sin personalidad como ‘Elio’, lo último de Pixar, es casi doloroso. El estudio de Disney parece cerrarse puertas a sí mismo continuamente, negándose a evolucionar ni en lo argumental ni en lo estético, encerrados en un tono cerrado y prediseñado que tan solo se atreven a romper en pequeñas maravillas como ‘En la victoria o en la derrota’. Antes, en su periodo de exploración, no tenían a nadie a quien enfrentarse, y se mostraban imbatibles en Hollywood. Ahora tienen oponentes que han aprendido a ir más allá de menudencias como ‘Río’, ‘El bebé jefazo’ o ‘Trolls’ y ya no se autoperciben como segundones.

Si habéis visto ‘El chico y la garza’, ‘Flow’ y ‘Ne Zha 2’ (que espero que sí, son tres de las mejores películas animadas de la década), ya sabréis que el desafío que la animación norteamericana, antaño todopoderosa, tiene por delante, no es nimio: no solo deben competir entre sí, sino que ahora lo hacen también con estudios extranjeros que tienen algo que Pixar hace tiempo que perdió: garra, originalidad, ganas de comerse el mundo, nuevas maneras de hablar a toda la familia, narrar historias y pillar por sorpresa al espectador de cualquier edad. Que nadie sepa lo que se va a encontrar al entrar en la sala.

Son tipos malos, y no les importa que siempre me angustien y estresen

¿Pero qué hay en ‘Los tipos malos 2’ para haber salido tan contento de su proyección? Es muy difícil ver esta película y salir triste, aburrido o preocupado por el devenir del cine, salvo que se entienda este como un arte carente de diversión: hay persecuciones al estilo ‘Blues Brothers’, batallas en el espacio, robos espectaculares, giros de guion absolutamente inesperados y carcajadas a mandíbula batiente en cada escena. Todo ello, por supuesto, utilizando unos ingenios visuales que priorizan el slapstick, el ritmo frenético y la espectacularidad por encima de todo lo demás.

Bad
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Aunque es cierto que se siente como una «película bisagra» entre la primera y el resto de la futura saga, ojalá todas las entregas intermedias de todas las franquicias fueran así de carismáticas y divertidas. Como tiene un presupuesto muy controlado (80 millones de dólares frente a los 200 de ‘Elio’ y ‘Wish’), y sus creadores son conscientes de que nadie tiene unas altas expectativas puestas en ella, tienen permiso para hacer todo aquello que Pixar y Disney ya no pueden, sometidos a un sinfín de juntas y accionistas: volverse locos, acelerar las revoluciones, crear una simple película de aventuras donde la máxima sea hacer gracia de manera constante y adrenalítica.

‘Spider-man: un nuevo universo’ lo cambió todo en la animación norteamericana. Acostumbrados a productos mainstream con una animación más o menos similar, su éxito invitó a probar y experimentar. Poco a poco, películas como ‘El gato con botas: El último deseo’, ‘Los Mitchell contra las máquinas’ o ‘Robot Salvaje’ abrieron un nuevo camino que, por miedo o respeto, había permanecido cerrado: el de hacer las cosas de otra manera, permitir que la animación fuera caótica, el ritmo frenético y los directores no tuvieran trabas ni reglas por parte de personas que entienden de billetes, pero no de animación.

‘Los Tipos Malos 2’ es la película más divertida de todo el verano, y ha demostrado que no era tan difícil enfrentarse a una Pixar anquilosada que tan solo puede desperezarse en proyectos pequeños como los SparkShorts. Ahora mismo, escondidos entre secuelas y franquicias, puede que no se hayan dado cuenta, pero este enfrentamiento cruel debería servirles para despertar y hacerse aún más grandes. Por el bien de todos, ojalá lo consigan y formen parte de la fiesta en lugar de apoltronarse en un trono carcomido.

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