13 octubre, 2025
La Cúpula Dorada que levanta controversias

El pasado 20 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, oficializó el lanzamiento de uno de sus grandes proyectos: la Cúpula Dorada, un sistema antimisiles de altísimo costo que, según el mandatario, sería esencial para “el éxito e incluso la supervivencia de nuestro país”, con una premisa similar a la de la Cúpula de Hierro israelí, pero tendría, por supuesto, una mayor dimensión.

El programa establece un sistema de defensa en capas, combinando sensores espaciales, control de fuego con inteligencia artificial e interceptores cinéticos y no cinéticos para enfrentar misiles balísticos, hipersónicos y de crucero.

Según fuentes anónimas, citadas por la agencia AP, la cúpula tendría capacidades terrestres y espaciales para detectar e interceptar misiles en su fase primaria de lanzamiento, a medio camino o cuando descienden hacia su objetivo.

Trump ha dicho que el proyecto tiene un costo por el orden de los 175.000 millones de dólares, de los cuales 25.000 millones ya han sido previstos para el 2026 y estaría listo en tres años. Sin embargo, desde la Oficina del Presupuesto del Congreso estiman su costo en 542.000 millones de dólares para las próximas dos décadas.

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Dudas

En un trabajo publicado en el portal TRT Global, el 22 de mayo, el investigador turco Mehmet Emre Kahraman, especializado en seguridad, expuso algunos de los dilemas que se presentan ante este proyecto del presidente estadounidense.

El especialista explica que “persisten varias dudas técnicas y estratégicas sobre la viabilidad a largo plazo de un sistema de tal complejidad. Aún no está claro si el Domo de Oro será un avance estratégico o una apuesta costosa. Pese a sus promesas de innovación y disuasión, podría generar dependencia del sector privado y provocar una escalada con potencias rivales”.

Continúa Kahraman apuntando que más de 180 empresas tienen interés en participar y un consorcio liderado por SpaceX con Palantir y Anduril las encabezan con la propuesta de “una constelación de cientos de satélites en órbita baja para detectar, rastrear y neutralizar amenazas en tiempo real. Este grupo destaca por su capacidad técnica y por su influencia política en torno al proyecto”.
Las tres empresas mencionadas, recuerda el analista, pertenecen a personajes con estrechos vínculos con Trump, como Elon Musk, Peter Thiel y los directivos de Anduril.
En mayo, 42 legisladores demócratas advirtieron sobre los peligros implícitos de «ceder infraestructura crítica de defensa a firmas vinculadas políticamente, ya que podría comprometer la transparencia y la neutralidad en la toma de decisiones de seguridad nacional”, según Mehmet Emre Kahraman.

En una carta solicitaron una investigación para determinar si hubo criterios políticos que influyeron indebidamente en el otorgamiento de los contratos “o si están destinados a enriquecer a Musk y a otras élites”.

El especialista también devela que “este tipo de sistemas plantea riesgos estratégicos inherentes, ya que desafía el principio de vulnerabilidad mutua que sustenta la disuasión nuclear” y “si un adversario con armas nucleares cree que su capacidad de contraataque (…) puede ser neutralizada, incluso parcialmente, podría provocar un cambio en el equilibrio de poder . En ese caso, podría percibir que el equilibrio de poder se inclina a favor de EEUU”, lo cual en lugar de fortalecer la estabilidad, podría llevar a aumentar el riesgo de errores de cálculo en una crisis o de una escalada preventiva.

Canadá considera la propuesta un chantaje

Con su habitual estilo provocador, al hacer el anuncio sobre su ambicioso proyecto de la Cúpula Dorada, Donald Trump precisó que si Canadá deseara unirse al mismo, debería pagar 54.000 millones de dólares, aunque no tardó en hacer una acotación: le saldría gratis en caso de acceder a convertirse en el “estado número 51” de Estados Unidos.
Esto, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, no cayó nada bien en el vecino país, donde varias voces salieron a rechazarlo de inmediato.

“Somos conscientes de que, si así lo decidimos, tenemos la capacidad de completar la Cúpula Dorada con inversiones en colaboración (con Estados Unidos). Es algo que estamos estudiando y que se ha discutido a alto nivel”, declaró en rueda de prensa el primer ministro de ese país, Max Carney.

“Estamos viendo los peligros de la extrema dependencia económica y en materia de seguridad de EEUU. Así que, como dije el otro día, cooperaremos (con Washington) donde sea necesario, cuando claramente nos interese a ambos países. Pero no cooperaremos de forma obligatoria”, aseguró.

Sin embargo, el diputado Doug Eyolfson, de su propio partido, calificó la oferta de Trump de “escandalosa”, agregando que es “un soborno para hacernos el estado 51. Y Canadá no acepta sobornos”. Bob Rae, el embajador de Canadá ante la ONU escribió en sus redes sociales que esa propuesta sería considerada en otro contexto como un “chantaje mafioso”.

Rusia y China advierten sobre los peligros del proyecto

Desde que Donald Trump oficializó el proyecto de la Cúpula Dorada, fueron varias las naciones que encendieron las alarmas y advirtieron sobre los riesgos que este sistema antimisiles genera.

China y Rusia reaccionaron primero con una declaración conjunta en la cual alertaron que el mismo podría desestabilizar la seguridad global y militarizar el espacio, con una expansión significativa estratégica de EEUU, exhortando a los Estados con armamento nuclear a rechazar la “mentalidad de guerra fría”.

La portavoz del Ministerio de Exteriores de ese país, María Zajárova, declaró que “es una postura peligrosa que socava los pilares de la estabilidad estratégica”, añadiendo que “es la expresión material de la extremadamente peligrosa doctrina de Estados Unidos sobre los ataques preventivos”.

Su homóloga en el Ministerio de Exteriores de China, Mao Ning, expresó por su parte que el proyecto supondría “una violación de los principios para un uso pacífico del Tratado sobre el Espacio Exterior” y “propicia una carrera armamentística”.

La Cancillería de Corea del Norte también se prounició enfatizando que el plan de Trump es “una iniciativa amenazante” que podría desatar “una guerra nuclear en el espacio”, subrayando que Estados Unidos busca con la citada Cúpula Dorada “amenazar la seguridad estratégica de los Estados con armas nucleares”, azuzando hacia “una carrera de armas estratégicas a nivel mundial”.

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