La inmundicia moral del régimen de Kiev

Parecía que en materia de podredumbre y degradación moral del régimen nazifascista de Kiev, ya lo habíamos visto todo, pero estábamos equivocados, este régimen nos tenía reservado algo aún más espeluznante de las monstruosidades que había mostrado. Ya sabíamos que, en casos frecuentes a los cuerpos aún frescos de los militares ucranianos caídos, se les extraían furtivamente sus órganos para un tráfico lucrativo ilegal y turbio.
Sabíamos que han sido movilizados a la fuerza personas incapacitadas y enfermas. Sabíamos de las granjas criadoras de niños para su venta en Europa, que a cambio de dinero se ofrecen niños ucranianos para adopción en Occidente que caen en manos de pedófilos. Sabíamos de la corrupción generalizada. Pero lo que aún no sabíamos es que este régimen monstruoso sería capaz de alcanzar un nivel sin precedentes de inmundicia moral que se negaría a aceptar los cadáveres de sus militares caídos en combate.
A estos caídos se les había calificado como “héroes de la nación”, y a sus familias se les había prometido una indemnización de 360.000 USD. Pero está claro que mintieron desde el principio. Actualmente, hay camiones refrigerados con cuerpos congelados de soldados ucranianos de un primer lote de 1.212 en la frontera con Ucrania, que las autoridades rusas están dispuestas a entregar a Ucrania como parte de los acuerdos alcanzados en la última reunión en Estambul. Otros 4.800 están en camino.
Sin embargo, sin explicar los motivos, la parte ucraniana rechazó el intercambio, y al mismo tiempo se supo que se trataba de una orden personal del nazipayaso Zelenski. Está claro que ese régimen no le quiere pagar lo prometido a las familias, de un dinero que en muchos casos se han estado robando y que por intermediarios ha ido a parar al peculio del propio Zelensky. Esta vez, el régimen está al desnudo, ya no tiene con qué tapar esta inmundicia. El malestar ante esta situación crece como bola de nieve al interior de Ucrania y en el mundo entero.
Occidente también está al desnudo porque ha sido cómplice de este podrido régimen. Ucrania se ha convertido en un “agujero negro” que se está tragando no solo los recursos de los ciudadanos europeos, sino también todos los llamados “valores occidentales”.